_
_
_
_

El director del Prado desaloja con alarmas el museo para convocar a los trabajadores

Las vigilantes que rompieron la escultura romana participaban en un juego de 'rol'

El director del Museo del Prado, José María Luzón, cerró la pinacoteca a golpe de alarma y desalojó a los visitantes el miércoles por la mañana para convocar una reunión de trabajadores. El asunto a tratar era el problema laboral que enfrenta al museo con tres vigilantes responsables de haber manipulado sin autorización un busto romano y haberlo dejado caer, causándole daños irreparables. Las primeras versiones apuntan a que buscaban bajo la escultura un papel para un juego de rol. El comité de empresa del museo ha convocado tres paros los días 27, 29 y 6 de enero.

Con los timbres y alarmas de emergencia interna, el director del Prado hizo desalojar a las 9.15 de la mañana del miércoles todo el museo para celebrar una reunión con los trabajadores, que tenían convocada para ayer una asamblea del comité de empresa. Durante cerca de una hora la pinacoteca permaneció cerrada y sólo quedó dentro un grupo escolar custodiado por vigilantes de una empresa contratada para seguridad del edificio y no de las obras. Luzón había recibido la noche anterior el escrito del comité de empresa con una convocatoria de huelga para los días 27 y 29 de diciembre y 6 de enero."Creí oportuno hablar con los trabajadores para hacerles ver la cantidad de consecuencias negativas en su actitud y llamarles a la reflexión y la moderación", explicó ayer Luzón.

El presidente del comité de empresa, Antonio Solano, cafificó el acto de Luzón de "grave actitud antisindica", ya que con la alarma obligó a asistir a todos los trabajadores, cosa que ellos en su convocatoria, realizada en horas de trabajo, no podrían lograr. La asamblea de ayer decidió en una primera reunión aceptar la convocatoria de huelga, con paros de dos horas por la mañana y dos por la tarde en cada fecha.

Aunque el comité de empresa alega que estos paros no tienen nada que ver con la escultura rota, sino con una serie de problemas en la renovación del convenio colectivo, el asunto sigue despertando polémicas internas. Al busto romano de un hombre joven, que perteneció a la colección de Felipe II se le ha quebrado la nariz (que ya había sido pegada en una restauración del siglo XVIII) y se le han roto dos rizos del flequillo que no podrán ser reparados. La obra es un busto de la época de los Flavios, realizado entre el 85 y 90 después de Cristo. "Se trata de una obra de gran valor histórico. Es lo más grave que ha sucedido en el museo desde el robo de alhajas del tesoro del Delfin en l918", dijo ayer Luzón.

Los hechos no han podido ser totalmente aclarados hasta ahora porque existen dos versiones diferentes. Dos de las vigilantes, menores de 25 años, que estaban en un periodo de prueba de 15 días antes de su contratación, sostienen que estaban jugando y corriendo el pasado viernes 9 y que tropezaron accidentalmente con la escultura que se cayó. Ambas tienen raspaduras y contusiones en brazos y manos. La otra versión apunta a que participaban en un juego de rol y que entre la escultura y el pedestal había un papel que debían sacar para seguir las instrucciones.

La escultura, que estuvo en uno de los palacios de Carlos V, estaba situada cerca de la puerta de Velázquez, sobre un pedestal de metro y medio de altura, entre dos columnas de una de las salas.

"No es igual el daño en una pieza sólida como una escultura y el de un cuadro", dijo Luzón. "Un objeto de vidrio roto y pegado, por ejemplo, tiene un valor distinto que uno entero. El daño es irreversible. La escultura tiene partes que no podrán ser reconstruidas porque son de un mármol de grano grueso y están completamente asTilladas".

Sin embargo, ayer, el presidente del comité de empresa recalcó que los dos retauradores del museo están de baja y que todavía no se ha hecho una evaluación definitiva de los daños.

Por el momento, se ha abierto un expediente aclaratorio y el caso se encuentra sometido al juzgado de instrucción.

Viejos problemas

Los trabajadores del Prado pasan por una situación, cuando menos, incómoda. Según explicaron en la reunión de ayer, la política del nuevo director, nombrado a mediados de mayo de este año, ha creado confusión y retrocesos respecto a algunos de los puntos urgentes. "Nuestras reivindicaciones no son económicas", dice Solano. "Reclamamos mayor participación en la administración interna del museo. No se cumple el convenio colectivo y se han suspendido las negociaciones. Se ha vuelto a un periodo similar al que nos llevó a la huelga en la época de Pérez Sánchez. La dimisión de Calvo Serraller fue una grave pérdida para el museo, porque representó la única propuesta de verdadera modernización. El actual director es partidario de la teoría ínfinitesímal, que requiere por lo menos tres años para que cambie algo en la administración", dijo. "Querernos saber a qué atenernos y no se toman las decisiones pertinentes. Por ejemplo, en la época de Calvo Serraller se programaron 17 exposiciones para celebrar el l75º aniversario del museo y la gente se puso en marcha. Al llegar el nuevo director todo se suspendió y se quedaron en una o dos solamente".

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_