El juez acusa a Sancristóbal y a dos jefes policiales de haber creado los GAL

El presidente del Gobierno, Felipe González, y el líder de la oposición, José María Aznar, se entrevistaron en secreto la noche del lunes en casa de un alto cargo institucional. Este encuentro, primero que sostienen desde el pasado 7 de julio, había sido concertado con antelación, pero ha coincidido con la nueva crisis política desatada por la reapertura del caso GAL con la detención de cinco antiguos responsables de la lucha antiterrorista, entre ellos el ex director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal. El juez acusa a Sancristóbal, al ex jefe policial Francisco Álvarez y al comisario Miguel Planchuelo de haber creado la organización de los GAL.

La entrevista entre los dos políticos coincidió con el encarcelamiento del primero de los interrogados: el ex director de la Seguridad del Estado Julián Sancristóbal, a quien los ex policías José Amedo y Michel Domínguez (condenados a un total de 108 años por seis asesinatos frustrados) han implicado en la creación, en diciembre de 1983, de los Grupos Antiterroristas de Liberación (GAL).Garzón acusa a Sancristóbal (entonces gobernador civil de Vizcaya), Francisco Álvarez (Jefe superior de policía de Bilbao) y Miguel Planchuelo (jefe de la Brigada de Información) de decidir, directamente o por indicación superior, la creación de los GAL aprovechando las estructuras de Interior con el fin de contrarrestar, en su propio terreno, el terrorismo de ETA.

Sancristóbal y Planchuelo ingresaron ayer en las prisiones de Alcalá-Meco (Madrid) y Guadalajara, respectivamente. Álvarez, cuya busca y captura había ordenado Garzón en la mañana de ayer, se entregó en la comisaria del aeropuerto de Barcelona y compareció ante el juez por la tarde. Tras negarse a mantener un careo con Amedo, Álvarez ingresó en la cárcel de Valdemoro (Madrid).

Sobre estos tres ex jefes policía, así como sobre los dos que quedado en libertad bajo fianza de 10 millones de pesetas cada uno (Julio Hierro Moset y Francisco Saiz Oceja), pesan asimismo las acusaciones de malversación de fondos públicos y tentativa de asesinato: pensaron enterrar en cal viva al secuestrado Segundo Marey.

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