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Los médicos dividen un hígado por la mitad para trasplantarlo a dos niñas

Montse y Saira, dos hijas únicas, de dos y cuatro años, se han convertido en hermanas. Eso dicen sus respectivos progenitores. El parentesco llegó tras la muerte de un hombre joven cuya familia donó su hígado. Cada una de las niñas recibió la mitad de ese órgano, en una operación simultánea, la primera de estas características en España.

Montse, la más pequeña, y Saira volvieron a nacer juntas el pasado 11 de diciembre; "nueve días ya", dice Placi, la madre de Saira, como si no se lo creyera. Con cuatro años, su hija ya se ha sometido a cuatro trasplantes de hígado, y hasta la fecha, todos los ha rechazado menos éste.Las dos niñas se encontraban en la antesala de la muerte, y la vida vuelve a llenar sus cuerpos. Sin embargo, los médicos de La Paz -donde se efectuó la operación- son cautelosos y ya han a divertido de lo peor a las familias, dado que el posoperatorio es muy complicado. Y los padres asumen el riesgo, pero se sienten como nuevos desde que apareció el donante.

Montse vive en la Comunidad Valenciana. Niña regordeta y sana donde las hubiera hasta hace tres meses, según cuentan sus padres, Vicente y Susi. El 10 de diciembre los médicos no le daban más de 24 horas de vida: "O un trasplante de hígado o nada". Estaba al borde de un coma cerebral.

Y en esto, vino el órgano idóneo procedente de San Sebastián. Un hombre joven y sano, de 60 kilos de peso, iba a dar vida después de morir. El hígado estaba en tan buenas condiciones que llegaba para dos, explica el cirujano Juan Vázquez, uno de los pilotos del proceso. Así que pensaron también en Saira, que se hallaba en la lista de espera y en situación crítica y presentaba el mismo grupo sanguíneo que Montse.

"Dividir un hígado es una labor ardua", explica Rafael Matesanz, coordinador nacional de trasplantes. La anatomía del órgano hace posible su segmentación, pero complica sensiblemente el proceso, ya que hay que reconstruir por completo los vasos sanguíneos de una de las partes. Y todo ello contra reloj, porque un hígado se vuelve totalmente inservible si permanece fuera de un cuerpo 1,5 horas aproximadamente.

28 profesionales

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El hospital Doce de Octubre y el Vall d'Hebrón, de Barcelona, ya han practicado operaciones de este tipo, con un hígado divido, pero nunca con dos niños como receptores. Una vez conseguido el milagro de los panes y los peces, todo fue simultáneo: dos operaciones en dos quirófanos próximos. Veintiocho profesionales de La Paz estuvieron a pie de cama durante las nueve horas de la intervención de Montse y las diez de Saira: fueron siete cirujanos, tres anestesistas, cuatro analistas, dos intensivistas, ocho enfermeras, tres auxiliares y un celador.Los padres de las niñas se han hecho amigos. No sólo les une lo delicado del momento. Los cuatro aseguran sin dudarlo que las pequeñas se han convertido en "hermanas". "Saira ya tiene una mamá adoptiva conmigo", cuenta Susi. Y lo mismo replica Placi. Ella, toda expresividad, sonreía ayer constantemente. Ya había visto a su hija en la mesa de operaciones tres veces y con la cuarta no se iba a amedrentar. La niña nunca ha podido asistir al colegio, pero en la escuela de La Paz le están enseñando los números y a leer. Susi y Vicente reprimen más sus sentimientos; están menos duchos en la dinámica del hospital.

Ahora las niñas se recuperan en la unidad de cuidados intensivos del centro, llenas de tubos y de calmantes, pero contentas, cuentan sus padres, con su nueva vida.

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