El abandono de Bossi hace difícil que Berlusconi siga al frente del Gobierno

Son 61 los votos que le faltan a Silvio Berlusconi para mantener la mayoría en la Cámara de Diputados desde que la Liga Norte anunció, el pasado sábado, que presentará una moción de censura contra el primer ministro italiano. Y 61 votos son demasiados para que salgan, como quiere Berlusconi, en parte de tránsfugas de la Liga, que tiene 116 diputados, y en parte de fugitivos del Partido Popular Italiano (PPI), que se ha asociado a la Liga en esta moción y sólo tiene 33 diputados. Los más próximos al primer ministro consideran casi seguro que éste tendrá que dimitir tras el voto previsto para el jueves y piensan ya en la crisis.

La caída del primer ministro se producirá más fácilmente si es él quien pide la confianza que si se votan las tres mociones de censura presentadas por las oposiciones. En el primer caso, Berlusconi puede estar seguro de que le negarán la confianza todos, menos los diputados que le son estrictamente fieles. Si se pasara a las mociones de censura, lo que previsiblemente sólo ocurrirá en el caso de que no se pida la confianza, aunque el procedimiento sigue indefinido, habrá diputados de centro, como Mario Segni y otros ex democristianos, que podrían tener problemas para sumar sus votos a los del Partido Democrático de la Izquierda (PDS). Pero Refundación Comunista, que presenta su propia moción, anunció anoche que dará sus 39 votos a cualquiera de las otras mociones, lo que garantiza su éxito.Las respectivas mociones de censura que presentarán hoy la Liga y el PPI, por un lado, y el PDS, por otro, serán muy similares. Primero, los tres partidos pensaron suscribir una común y, si finalmente las han hecho por separado, ha sido de un modo concordado y por dos razones: por el rechazo que la asociación con el PDS inspira entre liguistas y populares; y para contestar las acusaciones de Berlusconi de que la oposición busca dar un "revolcón" parlamentario al Gobierno elegido el pasado mes de marzo por los italianos.

La presentación de dos mociones separadas expresa precisamente que no existe una mayoría parlamentaria alternativa a la que se ha disuelto con el abandono de Berlusconi por parte del líder de la Liga, Umberto Bossi. Entre Liga, PPI y PDS, sumarían 264 diputados, que son 56 menos de los necesarios para llegar a la cifra clave de 316 diputados que da la mayoría en la Cámara.

Al anunciar que rompe con Berlusconi, Bossi, ha asumido el argumento del PPI y del PDS de que la situación italiana es de tal emergencia que hay que abrir la crisis, según un procedimiento que es constitucional aunque no exista un Gobierno de recambio.

"Era un acto obligado", dijo el sábado el líder de la Liga, mientras portavoces del PPI y el PDS explicaban que la caída de la lira, los conflictos institucionales y la crispación de la vida del país, con ministros que insultan e invaden campos que no son del Gobierno, son síntomas de un desastre atribuible a Berlusconi. No dicen que los continuos cambios de humor de Bossi, aliado-enemigo de Berlusconi, han sido otro elemento claro de crispación, que probablemente volverá a plantearse en cualquier otro acuerdo de Gobierno, dada la personalidad de Bossi.

Golpe parlamentario

Tampoco es claro hasta qué punto la opinión pública suscribe este análisis o, alternativamente, apoya las denuncias de Berlusconi de que su Gobierno está siendo objeto de un "golpe de Estado" parlamentario, al ser violado "el espíritu" de la ley electoral mayoritaria.Todo ello implica que la actual crisis puede, en principio, dividir a Italia con una contundencia desconocida en su historia reciente. Deberá tenerlo en cuenta, sobre todo, el presidente de la República, Oscar Luigi Scalfaro, que será el responsable de orientar el desarrollo de la crisis.

Berlusconi pretende que Scalfaro le encargue la formación de un nuevo Gabinete, o que convoque de inmediato elecciones generales. Lo primero no será posible, ya que no hay ningún partido dispuesto a sustituir a la Liga en la actual mayoría.

La Liga, el PPI y el PDS sostienen que la necesidad de un Gobierno de emergencia, nombrado por Scalfaro con el más amplio apoyo parlamentario Posible, que reforme la ley electoral antes de proceder al nuevo voto Estos partidos quieren introducir el mayoritario a dos vueltas, mientras que a FI y AN les con viene el mayoritario simple una sola vuelta.