Lisboa celebra con una gran fiesta la noche más larga

Lisboa continúa es el lema que cuelga de las farolas de la capital portuguesa anunciando a sus habitantes que no todo acabó esta madrugada en los locales de la Séptima Colina y la avenida del Veinticuatro de Julio, abiertos toda la noche para conmemorar la clausura de la Capitalidad Europea de la Cultura. La Exposición Universal de 1998 y el anunciado Festival de las Artes de Primavera se encargarán de mantener la agitación cultural.Pero en el futuro las cosas pueden no rodar tan bien como a lo largo de este año. La tregua política entre Gobierno y oposición, que ha propiciado un transcurrir sin grandes problemas, se ha terminado, y los proyectos de futuro pueden verse seriamente amenazados si toma cuerpo la tentación de utilizarlos electoralmente. El hecho de que el socialista Vitor Constancio, comisario de Lisboa 94, que ha conseguido el difícil consenso, no parezca dispuesto a embarcarse en el proyecto del 98 podría ser una inquietante senal.

La fiesta alcanzó ayer su punto álgido. Bandas de música de todo Portugal empezaron de buena mañana a desfilar por las calles del barrio del Rossio. Todos los museos de la ciudad abrieron gratuitamente sus puertas. Y a media tarde, después de la ceremonia de clausura, presidida por el presidente de la República, Mario Soares, empezó un sorprendente concierto de las 85 campanas de las 19 iglesias de la Séptima. Colina, dirigido por el valenciano Llorenç Barber.Gala de clausura

Joan Manuel Serrat, también estuvo presente con un concierto en el Centro Cultural de Belém. Por la noche, la gala de clausura corrió a cargo de la Orquesta Filarmónica de Londres, dirigida por Charles Dutoit, con la pianista Maria Joáo Pires, interpretando obras de Mozart, Beethoven y Maliler.

La noche del viernes se estrenó la película que la organización de Lisboa 94 encargó al cineasta alemán Wim Wenders, un enamorado de la ciudad del Tajo. La proyección de Lisbon story, un curioso retrato de la ciudad que esconde una reflexión sobre el valor del cine y de las propias imágenes en una sociedad donde las imágenes ya no cuentan riada, sino que venden algo, contó con la presencia del realizador y todo el equipo del filme, convirtiéndose en una visible reunión de los personajes más destacados de la movida lisboeta. Faltaban, sin embargo, los miembros de Madredeus, el emblemático grupo portugués responsables de la banda sonora y actores en el mismo.

Hoy tendrá lugar la presentación de la Expo 98, con una visita a los terrenos donde se construirán los pabellones y que, posteriormente, con su urbanización, supondrán la recuperación para la ciudad de una zona de cinco kilómetros frente al Tajo, una antigua área industrial, que ya ha sido preparada para el comienzo de los trabajos. Con este proyecto, Lisboa se prepara para el próximo siglo reequilibrando la ciudad.