Los Reyes y la izquierda

Los miembros de la Asamblea Cívica de Villaverde han dejado de lado uno de los principios del civismo y de caracterización del hombre como animal social: la hospitalidad que debemos a nuestras visitas, y más aún si esa visita es la de los Reyes.Por otro lado, quiero puntualizar que los vecinos del poblado dirigido de Orcasitas conseguimos la remodelación de nuestro barrio gracias a la unión y lucha de todos con el propósito común de conseguir una vivienda digna, de esto hace ya más de trece años. Nuestras movilizaciones significaron para unos vecinos la cárcel; para otros, lesiones y agresiones diversas por las cargas policiales, ya fuera con mangueras o con pelotas de goma. El Papa vino a inaugurar la nueva iglesia del barrio, ya que la antigua, de materiales muy precarios y lugar de protesta y encierro, se quemó; también es cierto que los curas y monjas del barrio estuvieron siempre en primera línea con los vecinos. En aquel momento, su visita significó un elemento de satisfacción y reconocimiento -incluso para los no practicantes-, pues la más alta jerarquía de la Iglesia católica visitó el barrio más pobre de la zona sur (aún hoy, véase EL PAÍS del 11 de diciembre de 1994). El mazazo final que nos plantó en la tierra fue el salvaje asesinato, como no podía ser de otra manera, de nuestro mentor y dirigente vecinal Arturo Pajuelo en la manifestación obrera del Uno de Mayo. Todo esto es para recordar que no necesitamos a nadie que nos venda la izquierda.-