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Un ex agente del KGB insiste en que el periodista de 'The Guardian' era espía

Richard Gott, redactor jefe de Cultura del periódico británico The Guardian, reconoció el viernes pasado su error táctico al haber aceptado que el KGB le pagara viajes y comidas. Pero si Gott pensó que una carta de dimisión dirigida a su director bastaría para dar carpetazo al tema, se equivocó totalmente. Ayer dos diarios rivales -The Sunday Times y The Sunday Telegraph- publicaban con gran despliegue tipográfico las declaraciones del ex agente del KGB, Oleg Gordievsky, según las cuales, Gott, estaba considerado por los servicios de espionaje soviéticos como uno de sus espías de primer rango en el Reino Unido, y llegó a cobrar no menos de 2 millones de pesetas por sus servicios.De improviso, la historia publicada la pasada semana por la revista The Spectator, donde se acusaba al veterano periodista Gott, de 56 años de edad, y casi 30 de carrera en The Guardian, de haber sido un agente secreto de los "soviéticos" desde principios de los años setenta, ha entrado en la atmósfera de misterio de las novelas de John Le Carré.

Gordievsky, un coronel del KGB que trabajaba en el Reino Unido a comienzos de los años ochenta y que desertó de las filas comunistas para pasarse a los servicios secretos en Londres, en 1985, ha sido el vehículo del escándalo. Según Gordievsky, Gott era conocido en el mundillo del espionaje soviético como agente Ron, y sus servicios eran sumamente apreciados por el alto mando. "Era leal, amistoso y dispuesto a colaborar con el KGB. Estaba tan comprometido ideológicamente y tan dispuesto a ayudar que algunos de nosotros pensamos que debía formar parte de un plan especial del MI5".

Sin embargo, el director de The Guardian, Peter Preston, ha visto la Iarga mano" del poder establecido en una enuncia extraordinariamente grave que daña, inevitablemente, a su periódico. La hipótesis de Preston es que el caso Gott no pasa de ser una venganza del poder contra el periódico por su decidido ataque al secretario del Tesoro, Jonathan Aitken, en tomo a la cuenta de una estancia suya en el hotel Ritz de París el pasado año.

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