Washington desplegará sus tropas para proteger la eventual salida de Bosnia de los 'cascos azules'
AGENCIAS Estados Unidos acepta en principio desplegar sus tropas terrestres en Bosnia, sin precisar su número, calificado de "sustancial", para ayudar a una eventual evacuación de las fuerzas de Naciones Unidas, según anunció ayer un portavoz del Pentágono. Washington ha comunicado la decisión, que Clinton habría autorizado el martes, a sus aliados de la OTAN, se informa desde Bruselas. Holanda anunció ayer su oposición formal a una posible retirada del país balcánicó, mientras que Dinamarca, por boca de su ministro de Exteriores, cree que una decisión semejante no se adoptará por ahora.
Alain Juppé, titular francés de Exteriores, dijo ayer ante el Senado, atenuando si no invirtiendo sus declaraciones de la víspera, que "estoy más determinado que nunca a hacer todo lo posible para que los cascos azules no se retiren de la antigua Yugoslavia". Fuentes militares de la OTAN consideran que una retirada inmediata de los cascos azules es virtualmente imposible por las dificultades logísticas que entraña, acentuadas por el crudo invierno balcánico.El comandante supremo de la OTAN en Europa, general George Joulwan, confirmó ayer que la Alianza Atlántica "trabaja en varios planes posibles, y uno de ellos es la retirada de Bosnia de las fuerzas de la ONU". El general estadounidense dijo que la Alianza Atlántica está esperando "señales políticas claras" sobre la eventual evacuación de los alrededor de 24.000 soldados de Naciones Unidas. El miércoles pasado los embajadores ante la OTAN dieron luz verde a consultas con los Estados miembros sobre el número de tropas que estarían dispuestos a comprometer en el caso de que se decidiera la salida de los cascos azules.
La retirada, según expertos militares de Londres y Bruselas, envolvería una gigantesca operación logística, llena de peligros y la mayor en Europa desde la Segunda Guerra Mundial, para mover a decenas de miles de hombres, miles de vehículos y cientos de toneladas de material. Hasta 30.000 soldados de la OTAN plenamente armados podrían ser necesarios para asegurar una salida ordenada de las tropas de la ONU, armadas ligeramente, a través de las nevadas carreteras montañosas de una Bosnía invernal.
El ministro danés de Exteriores advirtió ayer en Copenhague contra las expectativas de una retirada inmediata de los soldados. Dinamarca tiene 1.300 hombres en Bosnia y, según Niels Petersen, ningún Estado miembro de la Unión Europea con fuerzas sobre el terreno adoptará medida alguna sin consultar antes con los demás. El titular holandés de Defensa, Joris Voorhoeve, con 2.000 soldados en el país balcánico, manifestó ayer su oposición a la salida de las tropas de los Países Bajos: "Si nos vamos de Srebrenica, se acaba todo para los musulmanes", dijo.
Un responsable militar de la OTAN citado por la agencia France Presse precisó ayer en Bruselas que la retirada "es muy difícil técnicamente e irrealizable estratégicamente si los bandos en guerra se oponen". Y se pregunta, si se diera esta probable hipótesis, "¿cuántos países participantes en la operación de evacuación estarían dispuestos a aceptar muertos entre sus tropas para garantizar la salida de Unprofor?". El jefe militar descarta semejante posibilidad en los meses venideros por su costo humano y la dispersión de las tropas.
La repatriación de las fuerzas de la ONU supondría "una fuerza considerable y muy armada, de la OTAN, de al menos 20.000 hombres listos para el combate", según un diplomático de la Alianza, sin contar las necesarias en las bases de segunda línea y para el apoyo logístico.
"Es necesario hacer planes para lo peor y esperar después que esto no se produzca", según el coronel Andrew Duncan, del Instituto de Estudios Estrategicos, en Londres, que considera el proyecto "una pesadilla, por la coniplejidad de su ejecución".
Fuentes de la OTAN consultadas en la capital británica aseguran que en la peor de las hipótesis -histeria de asustadas poblaciones locales, oposición de los bandos en guerra- las tropas deberían ser evacuadas mediante helicópteros, dejando atrás pertrechos y equipos y destruyendo sus armas previamente. Y añaden que el daño que semejante posibilidad podría causar en la ya dañada reputación de Naciones Unidas y en los ejércitos europeos que participasen en la operación sería incalculable.
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