Mats Ek estrena 'Niños viejos' con la Compañía Nacional de Danza
El coreógrafo sueco resalta las piezas para bailarines veteranos
El prestigioso coreógrafo sueco Mats Ek estrena mañana en España su pieza Niños viejos con la Compañía Nacional de Danza. El tema de la vejez y la juventud inquietan a este hombre de 49 años."Niños viejos se refiere a los contrastes que hay en cada uno de estos momentos de la vida" dice Ek. El primer programa de la formación que dirige Nacho Duato incluye también Stepping stones y Sinfonía india y se representará en el teatro de la Zarzuela de Madrid hasta el 23 de diciembre.
"Esta pieza quiere llegar al niño que todos llevamos dentro y al viejo que todos llevamos dentro también", explica Mats Ek. "Hay un potencial de vejez en el niño y hay cierto infantil asombro del que envejece, porque se enfrenta por primera vez a esa experiencia".Niños viejos no es sólo una pieza más en la larga trayectoria de este hombre, una de las principales figuras de la danza europea y parte de una familia que ha dado grandes nombres en este arte. Es hijo de Birgit Cullberg y el actor Anders Ek, además de hermano del bailarín Niklas Ek. Él ha visto nacer, crecer y envejecer a bailarines.
"Este ballet no es sobre la danza y los bailarines", explica. Pero lo dedica a su madre. "No es un retrato de ella, pero cada fragmento está relacionado con su persona, aunque sólo yo sé de qué manera. Para mí ha sido una forma de conocerla mejor, de acercarme a ella"
Cuerpos destrozados
Cercano a los 50 años, Ek siente que su cuerpo ya no sirve para la danza -"estoy destrozado", dice- pero eso mismo le ha abierto hacia un campo que ahora parece interesar a otros creadores de la danza contemporánea."Jiri Kylián y Pina Bausch -sobre todo el primero- han trabajado con bailarines viejos, mayores de 50 años. Es una experiencia única trabajar con bailarines en plena potencia, pero es dificil encontrar un lenguaje dancístico para. los viejos, que tienen dificultad de movimientos. Yo ya he hecho una pieza que incluía bailarines jóvenes, viejos y actores".
Sobre la falta de escuelas de danza moderna, comparadas con las que se dedican a perpetuar la clásica, Ek considera que es difícil transmitir esos conocimientos. "El coreógrafo moderno trata de explorar un lenguaje ligado a su personalidad o temperamento. Ese conocimiento no se puede transmitir académicamente", dice.
"No tengo la ambición de perpetuar mi estilo, probablemente morirá conmigo. Ni siquiera los clásicos se bailan hoy como en su día. Las piezas de Balanchine, muerto hace sólo 10 años, ya no son como eran en su tiempo, aunque los que las dirigen fueron sus alumnos. Su estilo se está perdiendo. Pero eso tampoco es tan importante. Las artes escénicas son artes del momento".
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