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Delors reclama iguales incentivos fiscales para inversiones en capital humano que para el resto

Xavier Vidal-Folch

Jacques Delors sacó ayer el -¿último?- conejo de su chistera. ¿Cómo crear empleo, además de acelerando el crecimiento económico? Las respuestas a esta pregunta eran, hasta ahora, genéricas y fragmentarias. La discusión para concretar el Libro Blanco sobre el empleo aburría a las ovejas. El presidente saliente de la Comisión Europea lanzó ayer una catarata de propuestas concretas: un trato fiscal al factor humano igual al concedido a otras inversiones y la drástica reducción de los costes laborales indirectos son las que más sobresalen entre éstas.

El debate previo a la cumbre de jefes de Estado y de Gobierno que se celebrará el próximo fin de semana en la ciudad alemana de Essen se ha calentado súbitamente con contenidos concretos. El Consejo de ministros de Economía y Finanzas (Ecofin) rompió el lunes la glacialidad del debate sobre creación de empleo -toda vez que el actual crecimiento no basta para recuperarlo a suficiente ritmo- proponiendo, en un lenguaje prudente, recortar el periodo del seguro de desempleo y replantearse el salario mínimo, al considerar que ambos factores dificultan la creación de puestos de trabajo.Los ministros de Trabajo, reunidos ayer en Consejo de Asuntos Sociales, disponían también de su documento propio para presentarlo al Consejo Europeo de Essen. Estaba lleno de buenas intenciones sociales y escaso de concreciones: mejorar las capacidades y la formación de los trabajadores; flexibilizar el tiempo de trabajo; combatir el desempleo de larga duración y hacer más eficientes los recursos utilizados en las políticas activas de mercado de trabajo eran sus recetas.

Se discutía de dos directivas (desplazamientos y trabajo a tiempo parcial) que los británicos bloqueaban -quedan para la presidencia francesa- y de ideas básicas sobre el fomento del empleo. Hasta que Jacques Delors se personó en el consejo -lo que no suele hacer- y puso encima de la mesa una propuesta resumida en 15 folios.

Propuestas más concretas

El documento de la Comisión -elaborado muy discretamente por los cerebros grises del presidente y no por el comisario de Asuntos Sociales-, fue considerado "el mejor" por los reunidos, según manifestó el ministro español, José Antonio Griñán. Y es que contenía propuestas concretas, entre ellas:

- Prioridad a la inversión en capital humano: "Las inversiones en personas", indica, "deberían ser objeto de un tratamiento fiscal equiparable al dispensado a las inversiones en capitales físicos" y convendría "considerar la concesión de incentivos fiscales a la personas y empresas que invierten en su propia formación". Esta propuesta se complementa con la sugerencia de aumentar hasta un 5% de los recursos que se destinan a formación la parte utilizada para hacer previsiones del mercado de trabajo. La Comisión propugna que cada Estado miembro fije "objetivos estratégicos" de "cualificación de la fuerza laboral" para el año 2000 y que continuamente se evalúe su contenido.

- Fomentar el trabajo a tiempo parcial con "carácter voluntario", también en el sector público. Para ello se postula "la igualdad de trato" de estos trabajadores y el resto "con prestaciones proporcionales al tiempo trabajado", de forma que este tipo de contratos no supongan ni una carga adicional para las empresas ni una manera de precarizar los derechos de los trabajadores. Y se reclaman incentivos a los sistemas de reorganización del trabajo de forma "que combinen la reducción del tiempo de trabajo con nuevas contrataciones", así como mecanismos de "jubilación progresiva".

- Redistribuir el trabajo de forma flexible, anualizándolo, incrementando la rotación de puestos, incentivando la ocupación de vacantes temporales con desempleados y aumentando la movilidad geográfica. Disminuir el recurso al despido "permitiendo ajustes en el número total de horas trabajadas".

- Moderación salarial. Reclamada por todos. La Comisión cuantifica el baremo en su opinión deseable: "Los salarios medios reales" deberían "crecer por debajo del crecimiento de la productividad en un 1%".

-Reducir los costes indirectos del trabajo, especialmente para los trabajadores menos cualificados. "Dentro del objetivo de la reducción de déficit público", especifica la propuesta, "un mayor margen de maniobra fiscal como consecuencia de la recuperación económica debería permitir acelerar la reducción (1-2% del PIB) de los costes no salariales". El descenso de ingresos, se propone, debería compensarse con "fuentes alternativas de tributación". ¿Cuáles?. Delors insiste tozudamente en establecer el impuesto ecológico sobre las emisiones de CO 2 -pese a los reiterados fracasos de los Doce en llegar a un acuerdo en esta cuestión- y tina "tributación mínima de los ingresos de capital", vía también obturada por la reiterada oposición de Luxemburgo (y del Reino Unido).

Estas propuestas, así como los documentos del Ecofin y del Consejo de Asuntos Sociales, serán examinadas en la cumbre de Essen. Fuentes diplomáticas auguran que el Consejo Europeo se limitará a "tomar nota" de estas ideas. Pero Delors se juega en el asunto del empleo una, de sus principales bazas políticas de futuro.

"Lo del salario mínimo no va con España"

Los ministros de Economía, Pedro Solbes, y de Trabajo, José Antonio Griñán, coincidieron en manifestar en Bruselas que la propuesta lanzada el lunes por el Ecofin de replantear el salario mínimo porque puede inhibir la creación de empleo, "no va con España".Griñán argumenté que "de ninguna manera es un elemento de rigidez laboral en nuestro país" porque no determina salarios más que de un pequeño segmento de la población, "menos de 300.000 trabajadores", a diferencia de lo que sucede en Holanda o Dinamarca. El salario mínimo, insistió, "sólo es determinante de ventajas sociales" (baremo para viviendas de protección oficial). Y en cuanto a la propuesta de reducir más los periodos de prestación de desempleo, recordó que esa reforma "ya se ha hecho en España", país con "prestaciones sociales inferiores" a los más avanzados.

Sobre una reducción adicional de los costes laborales indirectos, como propone la Comisión, el titular de Trabajo dijo que "daremos más pasos en la medida en que nos lo permitan nuestras propias piernas", aludiendo a la necesidad de no desequilibrar la financiación de las prestaciones sociales.

Griñán hizo un balance de la evolución del paro en España y aseguró que en noviembre ha habido 100.000 parados menos registrados en las oficinas del Inem con respecto al mismo mes de 1993. El ministro aprovechó para proponer al comisario Padraig Flynn a Franciso Fernández Fábregas como "único candidato español" a la dirección general de Asuntos Sociales de la Comisión.

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