La cumbre de la CSCE enfrentará a Rusia y a los occidentales sobre la seguridad de Europa

Nacida en 1975 en Helsinki, la Conferencia sobre Seguridad y Cooperación en Europa vivió tiempos mejores cuando, por ejemplo, contribuyó a fomentar las medidas de confianza y los derechos humanos. Desde la caída del muro de, Berlín languidece, aunque los líderes que acuden hoy a Budapest declaran todos tener la intención de revitalizarla.Clinton, que mantendrá una entrevista con Yeltsin en el curso de la cumbre, propondrá que deje de ser conferencia para convertirse en organización, pero más allá de este cambio intranscedente Rusia y las potencias occidentales discrepan sobre cómo reforzarla.

Moscú no sólo es reacio a la ampliación al Este de la Alianza Atlántica, sino que, a grandes rasgos, desearía convertir a la CSCE en la principal organización de seguridad europea ala que la OTAN estaría subordinada. Como la CSCE. toma sus decisiones por consenso, la OTAN quedaría paralizada si prosperase la tesis rusa. "Sería la garantía de que lo que nos sucede ahora en Bosnia se podría reproducir en cualquier otro escenario2; comenta un diplomático español.

Moscú se resiste

El segundo y más. modesto objetivo de Yeltsin y su ministro dé Exteriores, Andréi Kózirev, consiste en lograr que la CSCE reconozca a Rusia un papel preponderante en la Comunidad de, Estados Independientes (CEI), integrada por la mayoría de las ex repúblicas soviéticas, hasta el punto de avalar sus actuales y futuras operaciones de mantenimiento de la paz en esa zona y de contribuir a costearlas.

De ahí que el Kremlin se resista, por ejemplo, a que. la CSCE envíe una fuerza de paz. de 3.600 hombres al Alto Karabaj, un territorio disputado desde hace seis ano , s entre Armenia y Azerbaiyán y que Rusia considera en su órbita de influencia. En Budapest, los occidentales volverán a intentar :que Moscú dé luz verde a esta operación, que sólo parece dispuesta a aceptar si la puede pilotar.

El secretario de Estado de Estados Unidos, Warren Christopher, se mostró de acuerdo el jueves en Bruselas en otorgar a Rusia "un papel relevante" en las nuevas estructuras de seguridad en Europa, empezando por la CSCE.

Hasta ahora, Washington era proclive a. hacer concesiones a Moscú en Budapest, sin llegar a reconocerle un papel hegemónico en los territorios de la antigua Unión Soviética, a cambio de que no pusiese pegas al ingreso de los llamados países de Visegradó (Hungría, Polonia, República Checa y Eslovaquia) en la OTAN. A fina" les de la. semana pasada, Andréi Kózirev se negó, sin embargo, a firmar dos documentos sobre sus relaciones con la OTAN para manifestar así su descontento ante la posible ampliación al Este de la Alianza.

En su entrevista cara a cara, Clinton y Yeltsin hablarán largo y tendido sobre cómo superar las reticencias rusas.

Yeltsin reiteré sus reservas justo antes de viajar ayer a Budapest.. "Estamos en contra de una ampliación global y simultánea de la OTAN con el ingreso de varios países al mismo tiempo", declaró. Con la incorporación de nuevos miembros a la Alianza, prosiguió, "la OTAN se acercará a las fronteras de Rusia y nos encontraremos de nuevo con una Europa con dos bloques militares entrentados, lo que nó será bueno para su seguridad". Vaticinó además el líder ruso, que de ahora en adelante sus relaciónes con Clinton serán más difíciles porque la mayoría republicana en el Congreso reduce su margen de maniobra.

Del grado de consenso. que logren ambos presidentes depende en buena medida el éxito de la cumbre.. Por eso, el secretario ejecutivo de la reunión de Budapest, el húngaro Istvan Gyarmati, no está todavía nada seguro de qué dirá el comunicado final más allá de algunas vaguedades diplomáticas. Al margen de la cumbre, Ucrania firmará el Tratado de No Proliferación Nuclear.