Huelgas con saña

AL IGUAL que los pilotos de Iberia, los maquinistas de, Renfe en huelga han decidido enfrentarse simultáneamente a la dirección de la empresa, al resto de sus compañeros de trabajo y a los usuarios.. A estos últimos, con sana: convocando las huelgas en vísperas de .los festivos del día de la Constitución y de la Inmaculada, y en las fechas anteriores a Navidad y Nochevileja; presionando a la compañía -cuyo déficit gigantesco pagamos entre todos- por el procedimiento de, provocar el mayor perjuicio posible a los ciudadanos.Al margen de lo bien o mal fundado de sus reivindicaciones, se trata de un abuso. Pero, además, sus reivindicaciones son poco razonables.

Salvo la reciente excepción de Iberia, los sindicatos mayoritarios parecen haber renunciado a la tentación de convocar huelgas salvajes en el transporte público: sin servicios mínimos, buscando la simultaneidad de los paros en servicios alternativos y concentrando las huelgas en vísperas de vacaciones. Son ahora los sindicatos de corte corporativo quienes han tomado el relevo. Con frecuencia se une en ellos el abuso social con la insolidaridad laboral. El sindicato de pilotos de Iberia (SEPLA) se desligó unilateralmente del resto de las centrales en un- momento en que la actuación conjunta de todos los trabajadores era esencial para evitar el riesgo inminente de liquidación o quiebra. Es de esperar que la vuelta a, la mesa de negociaciones acordada ayer por la asamblea de pilotos se enmarque en el propósito de aceptar los sacrificios salariales necesarios para hacer viable el plan de salvación de la compañía.

El sindicato de maquinistas de Renfe (Semaf), que ha convocado otros cinco días de huelga para este mes, pretende que se destinen a los 6.500 maquinistas los 6.000 millones de pesetas previstos para incrementar durante 1995 el salario de los 41.626 empleados de la compañía pública. El. paro de ayer afectó directamente a medio millón de potenciales viajeros. El único avance respecto a otros años es que esta primera jornada de huelga se saldó con el estricto cumplimiento de los servicios mínimos. Es un paso que al menos no ha convertido en ilegal lo que en cualquier caso no deja de ser un abuso.