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GUERRA EN LOS BALCANES

Los serbios disparan contra la presidencia bosnia en el momento de la llegada de los jefes de la ONU

Dos días después de desairar al secretario general de la ONU, Butros Butros-Gali, con quien se negaron a hablar, los serbios de Bosnia lanzaron ayer tres misiles anticarro contra la presidencia bosnia, en Sarajevo, en el momento en que llegaban al edificio el enviado especial de Butros-Gali, Yasushi Akashi, y el jefe de la Fuerza de Protección de las Naciones Unidas (Unprofor), general Michael Rose. Dos de los tres misiles impactaron en la parte trasera. No hubo víctimas, pero el mensaje es claro. La posición de los cascos azules es la más débil en 32 meses.

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Los tres misiles tenían la firma serbia. Fuentes militares francesas de Unprofor, encargados del sector Sarajevo, confirmaron la procedencia. Nada más producirse las explosiones -el tercer misil impactó en otro edificio gubernamental-, vehículos blindados con los colores blancos de la ONU tomaron posiciones de combate en la proximidad de la Presidencia, un viejo edificio de estilo vienés castigado por las granadas y la contaminación. Los serbios, poco después del incidente, negaron su participación. Acusaron al Gobierno musulmán de ser los resposables con el objetivo de causar una matanza y culparles a ellos.Akashi, antes de viajar a Pale, capital política de los serbobosnios, se manifestó pese a todo en favor de negociar la desmilitarización del enclave de Bihac, asediado por los serbios, quienes han salido inmunes a todas las amenazas de la OTAN. Una vez en Pale, en un aparente gesto de buena voluntad, el dirigente ultranacionalista serbio de Bosnia, Radovan Karadzic, aseguró que levantará todas las restricciones de movimiento a los cascos azules retenidos en diferentes puntos de Bosnia como represalia por los ataques aéreos de la OTAN en torno al enclave de Bihac registrados hace dos semanas.

El propio Akashi aseguró: "Hemos acordado la liberación de los soldados ucranios retenidos, el inmediato movimiento de los convoyes británicos y holandeses, así como restaurar la actividad normal de los 55 cascos azules retenidos en Visoko y de todo el personal de la ONU en los puntos de almacenamiento de armas pesadas".

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En otro conflicto, cada vez más vinculado al de Bosnia, el Gobierno de Croacia y los líderes serbios de los territorios ocupados de Krajina firmaron ayer después de meses de negociaciones el acuerdo por el cual restablecen los vínculos económicos, suspendidos desde hace más de tres años a raíz de la guerra. El acuerdo se firmó en presencia de los mediadores internacionales David Owen y Thorvald Stoltenberg en Zagreb y Knin (capital de la autoproclamada república serbia de Krajina, que ocupa un tercio del territorio de Croacia).

Poco después de la firma del acuerdo, fuentes de Unprofor dieron cuenta de un nuevo incidente armado entre serbios y croatas en el sector de Golic, a unos 40 kilómetros al noroeste de Knin, en el (que cinco soldados serbios resultaron heridos. El miércoles se produjo otro enfrentamiento en Sinj, al norte de Split. Según la ONU, los últimos días se han registrado numerosas violaciones del alto el fuego.

El acuerdo de ayer se produce un día después de las amenazas del ministro croata de Defensa, Gojkio Susak, según las cuales su Ejército está preparado para entrar en la guerra en el caso de que Bihac, territorio musulmán vecino a Croacia, "caiga" en poder del Ejército serbio. Hrvoje Sarinic, representante croata en las negociaciones con los serbios de Krajina, ratificó ayer las palabras del ministro de Defensa. "Susak fue muy claro. Si Bihac cae, el Ejército croata tendrá que adoptar las medidas oportunas", dijo, aunque subrayó que el Gobierno de Zagreb "hará todo lo que esté a su alcance para aplicar el acuerdo, al margen de Bihac".

En opinión del delegado croata en la mesa de negociaciones, la solución a la cuestión de Krajina "está todavía en Belgrado". Cuando Milosevic llamó por teléfono a Martic y Mikelic [líderes serbios de Krajina] éstos aceptaron inmediatamente el acuerdo. Sarinic fue explícito: "Es la última posibilidad que tenemos de alcanzar la paz. Si fracasa, volveremos a la guerra".

David Owen, uno de los mediadores que ha intervenido en las largas negociaciones entre serbios y croatas, declaró a este diario que el acuerdo "es vulnerable" y reconoció que la implicación de los serbios de Croacia en la ofensiva contra la Armija bosnia en Bihac "tiene un gran potencial para dañar esté acuerdo de paz". Owen subrayó que es hora de que el Gobierno de Zagreb y las autoridades serbias de Krajina entablen negociaciones directas "cara a cara" sin necesidad de intermediarios.

Los habitantes de Krajina viven en una economía de subsistencia desde la guerra en Croacia. Los suministros de agua, luz y petróleo están en manos de las autoridades de Zagreb. Las comunicaciones por carretera y ferrocarril están cortadas. El famoso corredor de Posavina, al norte de Bosnia, es la única vía por la que pueden recibir suministros procedentes de Serbia, pero esta ruta se ha resentido desde que el presidente serbio, Slobodan Milosevic, decidió aplicar un embargo a los serbios de Bosnia por la negativa de éstos a firmar el último plan de paz.

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