Traducciones
Contesto a la reseña que sobre mi traducción de Poemas de C. P. Cavafis, editados por Seix Barral, publicó Andrés Traplello en Babelia el 24 de septierribre con el título de 'Otro Cavafis, honesto y crudo'.Explicaré las razones por las que Trapiello condena mi traducción frente á las opiniones de, hasta la fecha, más de 30 críticas y notas de prensa y que, salvo otra excepción, se han expresado sobre mi trabajo en términos similares a éstos: "Traducción, poética y filológicamente, intachable... prólogo excelente" (Jaime Siles, Abc).
Y comencemos por las maravillas que dice Trapiello sobre métrica. Escribe que "Irigoyen, al adoptar el versolibrismo, ha llevado a Cavafis a un 'dodecafonismo opaco y pedernal' [sic] [aquí lo correcto sería escribir pedernalino, pero a él le da igual unir con la conjunción y, que une elementos de la misma naturaleza, el adjetivo opaco y el sustantivo pedernal], lo que seguramente tendrá sus partidarios". (Me recomienda adoptar los metros clásicos: octosílabo, endecasílabo, etcétera y sus combinaciones). ¡El adoptar el verso libre -y no un uso torpe de él- es lo que hace que mi traducción lleve a Cavafis a un. dodecafonismo opaco! O sea, que no puede haber poemas escritos en verso libre, que es como decir el verso de la poesía europea y americana. del siglo XX- que se libren de una música opaca, lo que revela hasta qué punto Trapiello es incurablemente sordo a la música de la poesía contemporánea.
Segunda genialidad: "El versolibrismo seguramente tendrá sus partidarios". Pues sí, tiene algún que otro partidario. De entrada, como mínimo, el 90% de toda la poesía más importante del siglo XX, en Europac y en América del Norte y del Sur, que casualmente está escrita en verso libre (y en América del Norte y en Francia, incluso desde el siglo XIX, con Whitman y los poetas simbolistas, respectivamente). Y aún tiene otro partidario más: el propio Cavafis, que básicamente escribe su obra en verso libre. Ya en 1945 Pontani, en su artículo La métrica de Cavafis, dijo que la peculiaridad de su métrica resultaba extraña a una literatura como la griega, que respecto a las formas es conservadora, y que es mucho menos sensible que otras literaturas a los hechizos del verso libre.
Su concepción de la traducción tampoco tiene desperdicio: "Los grandes poetas se caracterizan porque son buenos incluso en las malas traducciones". Entonces, ¿por qué no recomienda mi traducción, si no importa que sea mala? E incluso remata la faena con la guinda de la mala conciencia (y aquí ya ignoro las razones de sus culpas). Dice: "Confío en que el autor de esta traducción no le odie a este reseñista por las presentes líneas".. Decía Trosky sabiamente que la práctica no tolera el menor error teórico. Este texto revela el alto vuelo intelectual de este reseñista audaz, pero al que, al menos, de momento la poesía de Cavafis le viene como un jersey de Marlon Brando a un niño de cuatro años- Ramón Irigoyen.
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