Bruselas adapta los tratados para una UE a 15
XAVIER VIDAL-FOLCH "Estamos decepcionados porque esperábamos que Noruega aportase mucho a la Unión Europea (UE)" manifestó ayer el presidente de la Comisión Europea, Jacques Delors, que lamentó el resultado del referéndum en el país escandinavo. Pero tras el lamento, manos a la obra: la Comisión se apresta a realizar las "modificaciones técnicas" en los tratados de adhesión que establecerán la Europa a quince desde el 1 de enero de 1995.
Queda un escollo político: la amenaza de España de retrasar su ratificación si no se integra en la Política Común Pesquera. Mientras, Delors recordó que "sigue vigente", aunque disminuido, el Espacio Económico Europeo (EEE) al que pertenece Noruega.El presidente de la Comisión insistió en que Noruega sigue vinculada, por un tratado, al EEE. Aunque con la adhesión de Austria, Finlandia y Suecia, ese mercado común trenzado con la UE se ha achicado a Noruega, Islandia y Liechtenste "lo que habrá que tener en cuenta para la intendencia", subrayó Delors.
Se mantiene la participación de esos países en un espacio que garantiza la aplicación de las grandes libertades comunitarias (circulación de bienes, servicios y capitales). Delors alabó los esfuerzos de la primera ministra y la tradicional solidaridad noruega en relación al Tercer Mundo. "No podemos llamarles egoístas ni acusarles de que se repliegan sobre sí mismos", dijo.
Dos diplomáticos nórdicos fueron más tajantes conversando con este diario en la madrugada del no. "Los noruegos quedan fuera de todas las instituciones comunitarias", dijo uno. "Se arrinconan en el EEE, mientras que las grandes decisiones las tomaremos en Bruselas", apostilló otro. Y es que ahora deberán abandonar su estatuto interino de observador, su presencia en grupos y comités de la UE. No participarán en la toma de decisiones comunitaria. "Ni hay ni habrá un estatuto intermedio entre la EEE y la UE", advirtió otra fuente de la Unión.
El proceso de ampliación deja "alguna herida psicológica a sus vecinos nórdicos" indica un experimentado observador. Pero la integración de los otros' tres y la Europa a 15 prosigue su andadura. Queda para los próximos días la adaptación técnica de los tratados. Queda la atribución de la cartera de Pesca en la Comisión de Jacques Santer, destinada en principio al noruego Thorvald Stoltenberg: nada hay aún decidido, pero podría recalar en la danesa Ritt Bjeregaard (titular de Medio Ambiente) o en alguno de sus colegas " con menor número de competencias", según un alto funcionario de la Comisión.
Queda, sobre todo, un escollo político. España mantiene su posición de no depositar el instrumento de ratificación -lo que está previsto para antes de las 24 horas del 31 de diciembre- si no se integra desde 1995 en la Política Común Pesquera (PCP) de la UE (controles de capturas y acceso a todos los caladeros, incluido el Irish Box), adelantando así la fecha fijada desde la adhesión española: el año 2003.
Este adelanto tenía una lógica impecable. Resultaba incoherente integrar a los nuevos adherentes en la PCP y mantener la discriminación para los dos países ibéricos. Así lo hizo constar España en la declaración del Consejo sobre la ampliación nórdica: la declaración especificó que se realizaba "en el contexto global de la adhesión", por lo que la defección de Noruega en nada afecta a este asunto, insisten los diplomáticos españoles. Deberá haber una solución para los días 19 y 20 o el proceso de ratificación peligrará.
Este litigio nada tiene que ver con los acuerdos concretos alcanzados en materia de pesca con Noruega. Siguen vivas las concesiones a España realizadas por Oslo con motivo de su integración en el EEE (acceso a casi la mitad de 8.500 toneladas de bacalao para la UE en 1995; 9.750 toneladas en 1996; y 11.000 en 1997). Per o se pierden las 6.300 toneladas equivalentes de bacalao acordadas en el acta de adhesión.
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