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Peri Rossi y Matute debaten la existencia de la literatura femenina

"Cuando la literatura ya no importa, porque no ostenta poder, es cuando los hombres nos la dejan a las mujeres", denunció ayer en El Puerto (Cádiz) Cristina Peri Rossi, abriendo un simposio sobre Mujer y creación literaria, e inmediatamente germinó la polémica. "No hay que ser tan radical", se distanció Ana María Matute. Para Rosa Garrido, si esa estrategia es cierta, será un suicidio para los hombres, "porque los que escriben cambian la historia".

Peri Rossi, uruguaya, de 53 años, cosechó una unanimidad -la mujer escribe menos obsesionada por el éxito que el hombre- pero no todo fueron acuerdos. La profesora Iris Zavala, de la Universidad de Utrecht, advirtió en tono burlesco: "A la literatura, salvo que te llames Corín Tellado , todo el mundo llega como paria", comentó, y Matute amplió su juicio. "No es verdad que la literatura esté ahora menospreciada. Se lee mucho más que en mi época", anotó. Rosa María Garrido, de 55 años, profesora en la Universidad de Trent (Canadá) y finalista del último premio Ateneo de Sevilla, tras reflexionar globalmente sobre la tensión entre hipotéticas escrituras masculina y femenina, señaló: "La autocomplacencia de las mujeres en sí mismas, aunque en parte justificada, va a cesar pronto". Como prueba, Garrido confesó que cada vez le cuesta más acertar el sexo de un escritor sobre la lectura ciega de su novela.Peri Rossi abrió las jornadas, organizadas por la Fundación Luis Goytisolo y dirigidas por Esther Tusquets y Nora Catelli, reivindicando a la mujer como "animal literario" y clásica narradora oral acostumbrada a ejercer una "escritura secreta" que, sin embargo, había quedado velada para la difusión editorial controlada por hombres. "Las mujeres no se han percibido como escritoras a sí mismas hasta hace bien poco. ¿Por qué hay tantas mujeres escribiendo o leyendo ahora?", se interrogó a sí misma Peri Rossi. Su propia respuesta activó luego una controversia: "Porque la literatura ya no ostenta poder. Cuando a los hombres las cosas ya no les importan es cuando llegamos nosotras a ellas".

La gran cuestión que late en el encuentro, -¿existe o no una literatura femenina específica? fue despachada quizá como un debate más secundario por Luis Goytisolo -"temáticamente no existe ningún argumento negado para ninguno de los dos sexos", dijo en su salutación a los alrededor de 250 participantes que atestaban la nave de un monasterio- y zanjada por Ana María Matute con un argumento simple y mortífero: "Yo sólo creo en libros buenos o en libros malos". No obstante, Matute advirtió que la mujer posee universos de emociones que quizá sólo ella pueda novelar: "Como la maternidad y una cierta sensibilidad distinta, aunque esto tampoco puede ser muy firme. Con todo, la ternura sigue siendo un raro sentimiento en el hombre".

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