El café La Fídula dedica su 16º cumpleaños a 'enganchar' a los jóvenes con la música clásica
Sus propietarios se ufanan de regentar el único café concierto de música clásica en Madrid y de ser los primeros que abrieron un garito en la movida calle de Huertas (distrito Centro). Pero enseguida admiten que ese título es más para preocuparse que para jactarse.No es sino el síntoma de que la cantante italo-estadounidense Madonpa da sopas con onda a todos los Bachs juntos en el arte de llenar un local de jóvenes. Al menos hoy en día. Por eso, La Fídula quiere que su 16º cumpleaños sea una fiesta divertida; con sus violas y violines, su piano negro, sus vertiginosos arpegios y su recogida decoración de siempre, pero con un público joven que aprenda a vivir con Mozart simplemente las mismas pasiones subversivas que comparte con Nirvana.
La fiesta se llama Encuentro Internacional de Jóvenes Intérpretes, va a durar hasta final de año y tendrá como invitados a los mejores concertistas que en este tiempo pasen por Madrid. Cada semana está dedicada a un estilo -canto gregoriano, semana bárroca, semana de Mozart...-, que serán interpretados por jóvenes solistas.
Conservatorio de Madrid
Pero la estrella de la celebración serán las jornadas de ópera, a finales de año,. para que los alumnos de la Escuela de Canto y del Real Conservatorio de Madrid interpreten los duetos, tercetos y arias más conocidos.¿El gancho? Precios especiales para estudiantes, que no pagan suplemento por actuación y tienen descuentos en las copas; jóvenes solistas, captados del Conservatorio de Música, que pierden el miedo al público actuando en el local, y modernos videoclips de música antigua.
Víctor de Blas, uno de los propietarios, ofrece sus mesas a estudiantes "para que preparen sus exámenes, o sus apuntes, o sencillamente vengan a leer o a charlar y divertirse". E insiste en que, para esos quehaceres, mejor un allegro ma non troppo que un bakalao.
"La Fídula no sólo es para los aficionados a la música clásica, sino que acoge a todas aquellas personas que no ven moderno tomarse una copa a la par que se quedan sordos y' se comunican por señas", sentencia Juan Manuel López, el otro propietario del afamado garito de la calle de Huertas.
La Fídula abre sus puertas a su público a las siete de la tarde. El cierre llega pasada la medianoche. En la carta se ofrecen combinados y todo tipo de cafés e infusiones.
La intención con la que nació el café en 1978, en plena transición, era divulgar la música clásica a través de las actuaciones en vivo, y la organización de conciertos didácticos en colegios, centros culturales y facultades universitarias.
Clásico nocturno
Por estas razones aseguran sus propietarios que el café se convirtió en un clásico dentro de los locales nocturnos madrileños dedicados a la música."La Fídula ha conseguido después de tantos años mantenerse como lugar de encuentro en el que los jóvenes músicos de diferentes países, de paso por Madrid para actuar en conciertos, interpretan sus obras en el local y de paso intercambian opiniones con músicos madrileños", comenta el propietario Juan Manuel López.
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