_
_
_
_
_

El peligro de los toros desconcertó a Julio Aparicio

El encierro de Huichapan resultó un fiasco por la fiereza descompuesta y el sdntido que desarrolló durante la lidia. En estas circunstancias, la afición observ6 la maestría de Mariano Ramos, la vergüenza torera de Humberto Flores y el desconcierto e inseguridad que mostró Julio Aparicio.Le tocó en primer lugar a Julio Aparicio un burel picardeado que se le acostó al instrumentar una chicuelina. Durante el trasteo el bicho le seguía avisando que se le colaría. Ante esta situación, el sevillano perdió el aplomo y su labor fue sobre piernas y con demasiada precaución, por lo que el oponente se adueñó de los terrenos del diestro. Como no intentó lidiar -que era lo aconsejable-, la afición se incomodó y empezaron las protestas.

Huichapan / Ramos, Aparicio, Flores

Toros de Huichapan, con cuajo, duros, dificiles y peligrosos.Mariano Ramos: media tendida (aplausos y salida al tercio); cinco pinchazos y estocada corta (pitos). Julio Aparicio: estocada (abucheos); dos pinchazos y estocada desprendida (bronca). Humberto Flores: tres pinchazos -avíso-, dos pinchazos y tres descabellos (silencio); pinchazo, estocada corta y nueve descabellos (ovación); sufrió en el 6o cornada grave en una pierna. Monumendal Plaza México, 20 en noviembre. Tres cuartos de entrada.

Pero lo grave vino con el quinto, andarín y pegajoso, que. ocasionó que Aparicio inexplicablemente se confundiera y brotó el pánico. Como su trabajo, fue, sin plan, con trapazos y zapatillando, surgió la bronca en los tendidos y el ruedo, , se lleno de cojines. Es cierto que sus reses eran contraestilo pero nunca debió perder la compostura y dar un petardo.

Mariano Ramos lanceó con suavidad al toro que abrió plaza y lo llevó con limpieza al caballo. Ante un astado reservón que carecía de fuerza, el diestro de La Viga. mostró esa "difícil facilidad" que caracteriza su toreo" logrando meter al bicho al trapo rojo. Ligó series por la derecha con imaginación y exquisitez en trazo. Al cuarto, probón, gazapón y áspero, lo sujetó batallando mucho.

Humberto Flores recibió al cero con ceñidas verónicas y lo trompicado, pero el capote oportuno de Mariano Ramos lo salvó del percance. Luego, con agallas se lució en un vistoso y artístico quite, de su creación ante un burel aplomado pero con recorrido buscó la belleza plástica en su toreo al instrumentar tandas de largos y templados derechazos.

Tras aguantar y lancear al que cerro plaza, el diestro de Ocotlan Jalisco buscó desesperadamente el triunfo. Al dar un paje de pecho el ejemplar se le coló y el artista voló por los aires como pelele. Aún estando herido continuó su tarea hasta despachar al cornúpeta. Paso a ola enfermería, donde fue intervenido de cornada en la pierna izquierda, con dos trayectorias.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_