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El triunfo republicano en EEUU augura un endurecimiento de las relaciones con Cuba

Antonio Caño

Hace apenas un par de semanas, la llegada a Washington de Ricardo Alarcón, el primer alto funcionario cubano autorizado por EE UU a visitar la capital norteamericana desde 1959, hubiera- despertado esperanzas lógicas de acercamiento entre los dos países. Ahora, Alarcón no ha sido, recibido por ningún miembro de la Administración ni de la mayoría republicana del Congreso, y su estancia del jueves y viernes sólo ha servido para con firmar las perspectivas de un prolongado bloqueo en la solución de la crisis entre los dos países.Muchas cosas han cambiado en Washington desde que el presidente del Parlamento cubano anunció su visita. Claiborne Pell, el demócrata que publicó este año una carta defendiéndo la apertura del diálogo con La Habana, ya no es presidente del comité de Relaciones Exteriores del Senado. Lee Hamilton, que refrendó esa petición, no es tampoco presidente del comité de Relaciones Exteriores,de la Cámara de Representantes.

En lugar de Pell, desde el próximo mes de, enero estará al frente de la política exterior del Senado, Jesse Helms, quien hace pocos días comentó que hubiera sido más útil invadir Cuba que enviar, tropas a Kuwait. En el lugar de Hamilton se sentará otro republicano, Benjamin Gilman, que también es contrario a toda forma de acercamiento al Gobierno de La Habana.

Satisfacción de los exiliados

Los dirigentes del exilio cubano pueden dormir tranquilos. Cualquier posibilidad de profundizar en las negociaciones que Cuba y EE UU culminaron el pasado mes de septiembre parece desvanecerse con la victoria republicana en las elecciones parlamentarias del pasado día 8. La mayoría en el Congreso en contra de esas negociaciones es aho ra aplastante, y es dudoso que la Administración que nunca fue públicamente partidaria de ese diáloIgo trate de contradecir al Parlamento en esta materia."Desde luego el resultado electoral es muy poco alentador en ese sentido, pero nosotrós seguimos confiando en que EE UU comprenda que no tiene otra alternativa que sentarse a hablar para resolver los enormes problemas pendienies", comentó un funcionario de la Oficina de Intereses cubana en Washington.

Ricardo Alarcón manifestó el viernes, en un discurso que, por mucho que quiera, "Estados Unidos no puede eludir el hecho. de que es vecino de Cuba y de que los vaticinios de que el sistema. cubano estaba a punto de caer no se han cumplido".

Peter Hakin, director del Diálogo Interamericano, uno de los principales centros norteamericanos para impulsar las relaciones entre Estados Unidos y América Latina, recuerda que "los republicanos tienen lazos incluso más fuertes que los demócratas con la comunidad cubano-norteamericana y son los que han bloqueado todas las oportunidades de diálogo en el pasado".

Sólo una reacción inesperada de la nueva mayoría parlamentaria podría modificar esa impresión. "No hay que olvidar", afirma Hakin, "que fue un republicano, Richard Nixon, quien viajó a Cuba. ¿Podría ahora Newt Gingrich viajar a Cuba? Francamente, no es muy probable".

La victoria electoral republicana se ha producido, precisamente, en un momento en que habían crecido las voces en favor del diálogo, y poco después de acontecimientos que hacían pensar que Cuba y Estados En¡dos pactaron en septiembre pasado en Nueva York más de lo que anunciaron públicamente. Ese acuerdo se limitó oficialmente a la solución del problema de la masiva llegada de balseros cubanos a la costa norteamericana.

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