Aznar acusa a Pujol de enturbiar la vida política con "barbaridades"

El presidente del Partido Popular, José María Aznar, instó ayer a los andaluces a "amar a Cataluña" y hacer oídos sordos a "las barbaridades" del presidente de la Generalitat, Jordi Pujol, quien, en una entrevista publicada el domingo en el diario La Vanguardia, alertó del "riesgo de confrontación civil" en España. El líder conservador, cuya entrada a un acto electoral de los populares andaluces fue coreada con el grito de "se nota, se siente, Aznar está presente" no ahorró críticas contra el presidente catalán, al que acusó de "enturbiar las cosas de mala manera con esas barbaridades".

Jordi Pujol fue el centro de sus críticas. Aznar le reprochó dos afirmaciones: una, que dijera que existe riesgo de confrontación civil y, la segunda, que calificara la actitud del PP y la de él mismo en la frustrada conferencia en Lérida de "provocadora", frente a la que mantuvieron los "energúmenos" que le abuchearon". "Eso son barbaridades que no se pueden decir porque no son verdad", afirmó. Aznar confió en que las declaraciones del presidente de la Generalitat sean fruto de "un lapsus", ya que de lo contrario pensaría que "está muy equivocado, o no sabe dónde vive y lo que pasa".El presidente nacional del PP pidió a las 1.500 personas, aproximadamente, que asistieron al acto de presentación de los candidatos populares a las alcaldías andaluzas, que distingan entre lo que dice Pujol y lo que piensan los catalanes: "Amad a Cataluña, tienen una lengua preciosa, una gente laboriosa..., y no oigáis esas barbaridades", comentó.

[Antonio Romero, diputado de Izquierda Unida, declaró a Europa Press que las palabras de Pujol son fruto de la corrupción y la parálisis que le afectan a él y a su socio González". Por el contrario, Ángel Colom, líder de ERC, dijo que Aznar "tiene poca patente para hablar de democracia, ya que en sus filas están todos los ex franquistas"].

Aznar aconsejó a los dirigentes políticos que se "sosieguen y tranquilicen" y den cuenta de su acción política en vez de "enturbiar las cosas de mala manera con barbaridades". También corresponsabilizó al presidente del Gobierno, Felipe González, de ejercer el "tremendismo político sin fundamento", al tiempo que criticó la separación entre buenos y malos por defender ideas distintas a la de otros: "No es bueno ni correcto seguir dividiendo a los ciudadanos entre los que demuestran buena o mala fe; entre los que son socialistas y los que no lo son; entre los que nos aplauden o nos critican".