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Una tragedia incurable e incapacitadora

En cierto sentido, la historia de John Nash viene a ser la tragedia de cualquier persona que padece esquizofrenia. En principio incurable, incapacitadora y extremadamente difícil de tratar, la esquizofrenia es una dolencia que se caracteriza por jugar terribles pasadas a sus víctimas.Muchas personas que padecen la enfermedad llegan a no ser capaces de discernir ni de interpretar las sensaciones, ni tampoco de razonar o de sentir todas las emociones. En cambio, sufren alucinaciones y oyen voces extrañas.

Por lo general, la esquizofrenia ataca -con frecuencia sin avisar previamente- a adolescentes o veinteañeros, justamente cuando están a punto de desplegar las alas. Nash se vio afectado cuando ya había empezado a volar

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El Nobel que volvió de la esquizofrenia

La esquizofrenia tiende a confundirse muchas veces con la depresión maniaca, que fue la enfermedad que padecieron Vincent Van Gogh, Virginia Woolf y muchos otros genios.

Pero esta forma de depresión, que en principio puede ser definida como un desorden del estado anímico más que del pensamiento, suele atacar a sus víctimas en edades ya avanzadas. Quienes la padecen pueden, a menudo, tener puestos importantes y hacer trabajos muy creativos entre ataque y ataque.

En cambio, la esquizofrenia es demasiado debilitadora como para ser compatible con grandes logros de la inteligencia. Nijinsky, el bailarín ruso, fue una de sus pocas víctimas conocidas, aparte de John Nash, que hayan conseguido dejar a la posteridad la impronta de su genio antes de que la enfermedad les atacara.

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