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Una revolución social que no funciona

El retrato de la Gran Bretaña contemporánea que emerge del informe Actitudes Sociales Británicas no es muy alegre.Estamos, según parece, nerviosos ante nuestras perspectivas de trabajo; somos moderadamente hipócritas en cuestiones medió ambientales; estamos egoístamente interesados en materias de impuestos, bienestar y tranquilidad, 30 años después del albor de la sociedad permisiva, depresivamente autoritaria desde nuestro punto de vista.

Para las previsiones de recuperación económica del Gobierno, no es éste el retrato de una sociedad que despide confianza. Es un retrato en color sepia de la inseguridad. ( ... ) En ninguna parte se refleja más claramente que en el apartado dedicado al empleo. Demuestra la creciente patología de las pautas del trabajo: la mayoría de nosotros quiere un trabajo pagado, pero la, mayoría teme no conseguirlo. ( ... )

Después de todo, gastamos la mayor parte de nuestra vida en el trabajo, y para muchos de nosotros da un sentido a nuestra vida. ( ... ) Puede que la permanente inseguridad laboral haya venido, para quedarse. Quizá algún día se demuestre que satisface más que él tradicional trabajo vitalicio. Para que esto ocurra es necesario crear los sistemas de apoyo social y financiero que lo hagan posible y deseable. Por el momento, sin embargo, aterroriza a la gente, amargando sus actitudes y haciendo que las reformas sean mucho más difíciles.

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17 de noviembre

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