Perfeccionar la democracia

Lo que siguen es un extracto del artículo del primer ministro francés, Édouard Balladur, publicado ayer en Le Monde:El Estado. "Se habla a veces de un retorno del Estado, tras la moda ultraliberal de hace diez años. Es cierto que los ciudadanos sienten la necesidad de un orden mejor organizado, de una seguridad mejor garantizada, de una protección más eficaz. Sin Estado, la democracia liberal es una jungla, la nación es entregada indefensa a los desórdenes de la sociedad internacional. Ha llegado el momento de salir de los esquemas fáciles, del simplismo socialista y estatalista de los años setenta y del simplismo ultraliberal de los años ochenta".

La presidencia. "[La democratización del Estado] implica ciertas modificaciones en la Constitución, empezando por la elección presidencial: sea la reducción del mandato a una duración de cinco años, que todo el mundo propone antes de las elecciones, sea el mantenimiento del actual septenato pero no renovable, una u otra fórmula permitiría que el pueblo arbitrara con más frecuencia las grandes cuestiones nacionales".

El referéndum. "La extensión de la práctica del referéndum, con la posibilidad para una fracción minoritaria del Parlamento de pedir, una vez al año, un referéndum a fin de someter al pueblo una ley ya votada, tendría el mismo efecto [democratizador]".

La descentralización. "Un Estado más democrático supone también que se vaya más lejos en materia de descentralización. No soy de aquellos que la lamentan, aun si pienso que hace falta crear ciertas reglas para asegurar mejor el respeto al derecho por parte de los responsables locales".

La justicia. "La justicia debe respetar mejor los derechos de los ciudadanos, el primero de los cuales es la presunción de inocencia y el derecho al respeto de su libertad y de su dignidad hasta el momento de ser juzgados. Ello implica reformas profundas: para la garantía del secreto de sumario, hay que hacer más pesadas las penas a aplicar sobre quienes la violen. En cuanto a la prisión preventiva, sólo debería ser posible para los reincidentes, salvo delitos de sangre y narcotráfico, y decidida por un colegio de tres magistrados".

Integrismos religiosos. "La autoridad del Estado reposa sobre el concepto de laicidad, que es para el ciudadano una garantía de la imparcialidad del Estado. No podemos admitir que nuestra sociedad sea puesta en peligro por grupos organizados sobre criterios religiosos o étnicos, comprometedores de la unidad de la República, la tolerancia y la sumisión de todos a las mismas leyes".

Corrupción política. "[Propongo] la reducción del coste financiero de las campañas electorales y de la vida política, mejor control y más transparencia de los mercados públicos, el control del patrimonio de los cargos públicos, la reglamentación de la acumulación de cargos... En cuanto a la financiación de la vida política por las empresas, fuente de confusiones y malentendidos, más vale ponerle fin, en todo caso por un periodo de tres-años, hasta el final de la presente legislatura".

Unión Europea. "El principio de subsidiariedad es constantemente invocado y raramente aplicado. El papel de los Parlamentos nacionales no está lo bastante asegurado. La conferencia intergubernamental de 1996 debe ser la ocasión de decir cuáles son las competencias de los Estados y cuáles son las de la Unión Europea".