El Papa compara a la España republicana con la Alemania nazi o la Rusia soviética
Juan Pablo II emplaza a la Iglesia del año 2000 para que se arrepienta de sus errores
La Iglesia debe pedir perdón, ante todo, por "sus hijos" que hayan favorecido la desunión de los cristianos. Pero también por "los métodos de intolerancia e incluso violencia en servicio de la verdad" practicados durante siglos. El llamamiento a la penitencia y a la conciliación aparece claro en la carta apostólica dada a conocer ayer por el cardenal Echegaray, un texto que prepara el jubileo del año 2000. Juan Pablo II compara en su carta a la República Española con los sistemas totalitarios de la Alemania nazi o la Rusia soviética, "cuyas amenazas debió afrontar Pío XI"
Grandes actos en Roma, que será sede de un congreso eucarístico; en Belén, Jerusalén y el Sinaí, donde el Pontífice promueve un encuentro pancristiano y otro de las tres religiones que descienden de Abraham: el judaísmo, el islam y el cristianismo; y miles de celebraciones en las iglesias locales, por primera vez simultáneas a la principal, son las grandes líneas previstas para conmemorar, en la fecha exacta, "los 2000 años del nacimiento de Cristo" que, según el Papa, representan un jubileo extraordinario" no sólo para los cristianos, sino indirectamente para toda la humanidad".El Pontífice ha colocado todo el evento bajo el signo prevalente del ecumenismo. Pero las verdaderas celebraciones serán precedidas por tres años de "preparativos", desde 1997 a 1999, y otros tres de "antepreparativos" que están ya comenzando, según dijo ayer Roger Etchegaray, presidente de la Comisión Justicia y Paz, al presentar la pastoral.
El tema central de la antepreparación será, el "examen de conciencia", la "penitencia y la reconciliación". Lo reitera Juan Pablo II, desoyendo en parte el llamamiento a no perderse en disquisiciones históricas que los cardenales le hicieron en el consistorio del pasado mes de junio.
Es claro que los errores de la Inquisición será uno de esos temas. De la carta papal han desaparecido, no obstante, las primeras sugerencias de que la Iglesia admita eventuales errores y tibiezas en el comportamiento de la Iglesia alemana frente al nazismo. El cardenal Etchegaray no respondió ayer a la pregunta de si las víctimas del holocausto estarán en el nuevo martirologio que el Papa promueve , que incluye el "patrimonio común de católicos, ortodoxos, anglicanos y protestantes".
Examen de conciencia
Juan Pablo II acoge también la petición de los cardenales de que el examen de conciencia se centre en el presente. Así, exhorta a que la Iglesia se interrogue por sus responsabilidades ante "la indiferencia religiosa"; "el extravío en el campo ético"; la difusión de "posturas teológicas erróneas"; la "crisis de obediencia"; la "falta de discernimiento, que a veces llega a ser aprobación, frente a la violación de fundamentales derechos humanos por parte de regímenes totalitarios"; la injusticia y marginación social"; la "recepción" del Concilio Vaticano II, "sin admitir un democratismo y un sociologismo" extraños a la Iglesia; y el diálogo de ésta con el mundo.Sobre todos estos campos de reflexión abiertos por el Papa, Roma seguirá dando su punto de vista a través de una comisión especial que será anunciada hoy. Noticias que circulaban ayer indicaban que la comisión será presidida por el cardenal Etchegaray, y estará integrada, entre otros, por los cardenales Camillo Ruini, Francis Arinze y Eduardo Martínez Somalo.
"Nunca un Papa había organizado un Jubileo con tanta antelación", dijo ayer el cardenal Etchegaray. El cardenal recordó cómo, por los días de la elección pontifical, el cardenal Boleslaw Wyszinski, entonces primado en Polonia, le vaticinó a Karol Wojtyla que debería guiar la Iglesia hasta el tercer milenio. Atentados, accidentes y enfermedades han amenazado con frecuencia ese cometido.
Los tres años preparativos del evento serán dedicados, respectivamente, a Cristo, al Espíritu Santo y al Padre, en un plano que no es de pura teología teórica, pues el Papa propone, por ejemplo, que en 1999 los cristianos se empeñen en lograr "una notable reducción, si no una total condonación, de la deuda internacional que grava sobre el destino de muchas naciones". El perdón es una característica de los jubileos, desde los primeros, tiempos.
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