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Entrevista:

"La música también puede ser negativa"

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David Byrne es uno de los personajes clave de la música de los ochenta. Su grupo original, Talking Heads, fue el adalid de un pop irónico e inteligente. Desde la disolución de aquella mítica banda, que fue símbolo de la modernidad neoyorquina, Byrne se convirtió en uno de los más entusiastas difusores de las músicas del mundo, algo que ya era evidente en algunas grabaciones de Talking Heads y en algunas colaboraciones con el alquimista Brian Eno. Acaba de publicar su tercer disco en solitario, el más íntimo, el más enigmático. Actúa hoy en Barcelona, mañana en Cartagena, el 17 en Madrid, el 23 en Pamplona y el 24 en Zaragoza.Pregunta. ¿Por qué ha titulado sólo con su nombre su último disco, como un artista que empieza y no como quien tiene detrás, una carrera como la suya?

Respuesta. Este disco es quizá más autobiográfico, más personal. Las canciones son más íntimas, y no sobre cosas ajenas como en la mayor parte de los discos anteriores. Intenté buscarle otro título, pero cualquiera de ellos me resultaba forzado.

P. Las letras son verdaderamente subjetivas, más intimistas. ¿Intenta buscar a través de cierta introspección nuevas verdades?

R. Supongo que se trata de darse cuenta de que uno debe entenderse primero a sí mismo, pensar la propia experiencia para, tal vez, encontrar algunas ideas más universales.

P. Desde que creó su propio sello discográfico, Luaka Bop, en l988, para poder reunir bajo una idea las músicas del mundo dispersas y perdidas en las tiendas de discos, ¿han cambiado mucho las cosas para esas otras músicas?

R. Creo que la situación ha cambiado un poco. En muchos sitios es un cambio sólo en apariencia, un cambio muy lento. No ves discos que no sean en inglés en las listas de ventas de música pop en Estados Unidos. Pero las ves en otras listas de ventas, y son cada vez más populares, más disponibles, y la gente habla cada vez más de ellas. Si mencionas una bandao un músico africano, balinés o latinoamericano ya no es como si hablaras de algo venido del espacio exterior. Eso ha cambiado un poco, además de que otros sellos -pequeños o grandes- han empezado a hacer lo mismo que nosotros. A veces de formas distintas y ocupándose de otros aspectos. Hasta cierto punto, por eso, nuestro trabajo ha dejado de ser necesario. Con eso quiero decir, simplemente, que hemos encontrado otras cosas que hacer. Otras cosas escondidas u otros artistas y músicos más interesantes que las grandes discográficas ignoran.

P. Parece que usted ha disfrutado más como productor que como cantante y compositor a lo largo, de los últimos años.

R. Sí, es un gran sentimiento el poder descubrir y difundir la obra de artistas como éstos. Me he hecho un gran admirador de algunas de las cosas que he escuchado, me he entusiasmado con ellas y he tenido la satisfacción de poder mostrarlas a gentes que han llegado a gustar de ellas tanto como yo. Pero yo no merezco ningún crédito por esto. En algunos casos me he comprometido más en el trabajo con los artistas, pero en general sólo he actuado como un empresario que trata de poner esta música a disposición de la gente.

P. De todas formas, usted parece tener una relación de amor-odio con la música.

R. Sí, la música es un arte o un trabajo artesanal que puede ser utilizado para muchas cosas distintas. Para el bien, para el mal, para manipular gente, sólo para hacer dinero. No se puede decir que la música sea siempre buena. No lo es. No siempre es una fuerza positiva, puede ser muy negativa. Como cualquier arte o forma de conocimiento, es en cierta forma neutral, y según cómo la uses puede desviarse a uno u otro lado. Pero no podría ser de otra forma.

P. Tal vez porque la música, es un lenguaje puro, abstracto.

R. Sí, aun cuando tiene palabras en las letras de las canciones, éstas adquieren otro sentido cuando van unidas a la música.

P. En esta gira europea está interpretando varias canciones de los Talking Heads. ¿Por qué esa decisión?

R. He estado separado del grupo y de las canciones suficiente tiempo como para sentir nuevamente que son parte de mi vida, que todavía me gustan. Representan algo que hice y de lo que estoy orgulloso. Esta gira es con una banda pequeña y las puedo interpretar como canciones y no como declaración de principios musicales. Están ya limpias de todos los conflictos de los Talking Heads, y además he escogido algunas que nunca llegamos a interpretar en directo.

P. En sus dos anteriores discos en solitario ha grabado con acompañantes diferentes. Ahora viaja con los músicos de este último disco: Todd Turkisher (batería), Paul Socolow. (bajo) y Mauro Refosco (marimba, vibráfono). ¿Va a formar un grupo estable con ellos o prefiere seguir cambiando?

R. Me gustaría hacer por lo menos otro disco más con este grupo. Creo que todavía tenemos cosas que hacer juntos. Pero también llamaré a otros músicos, porque hemos logrado un marco de trabajo bastante sólido y a la vez flexible.

P. Este último trabajo mantiene las bases de su estilo personal, ¿pero no está tratando, de limpiar de pop la música que venía grabando anteriormente?

R. Sí. Cuando estaba haciendo este disco quería algo muy desnudo, directo y simple en la música. No me importaba tanto que encajara en el pop o en cualquier propuesta musical convencional. Cada canción debía tener una vida propia y ser lo que era, sin una idea o una etiqueta preconcebida. En conjunto pretendía dar al disco un gran intensidad emocional más que un concepto musical.

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