Las 'nuevas músicas' españolas luchan por salir del anonimato comercial
Suso Saiz y Javier Paxariño presentan sus últimos trabajos
La denominación nuevas músicas pisa terrenos resbaladizos: de nuevo tienen más bien poco. Quizá sería más adecuado hablar de músicas alternativas que se están haciendo ahora mismo en España, y que se enfrentan a problemas de comercialización porque las discográficas no invierten en ellas, las radiofórmulas las ignoran y a la hora de contratar actuaciones se recurre a grupos de pop. Dos de sus más significados representantes, Suso Saiz, autor de la música del filme El detective y la muerte, y Javier Paxariño, acaban de editar sus últimos trabajos.
"Sería importante que trascendieran al público, porque la mayoría sólo trascendemos en el patio de casa", dice Suso Saiz. Y achaca parte del problema a la actitud de los músicos: "Aquí, cada uno va a lo suyo. Es un tipo de vida que no permite evolucionar; que te deja en el mismo sitio muerto de hambre y de asco".Saiz, responsable de la música de El detective. y la muerte, de Gonzalo Suárez, viajó a Estados Unidos para realizar la banda sonora de Rapa Nui, pero "el director decidió que quería algo más rítmico", aunque continúa en contacto con Kevin Reynolds para su próxima película, un relato de ciencia-ficción, con Kevin Costner como protagonista.
En el Festival de Otoño de Madrid, el grupo Círculo ha estrenado La casa habitada, obra de este músico, nacido en Cádiz, que fundó la Orquesta de las Nubes y suele tocar con Jorge Reyes y Steve Roach; que está terminando el soporte musical de un libro de poemas y dibujos de Aute, ultima la producción del nuevo álbum de Javier Corcobado y prepara la edición de Un hombre oscuro, que retoma fragmentos de 10 conciertos en solitario ofrecidos entre 1990 y 1994".
También hace unos días, Javier Paxariño presentó en Madrid su disco Temurá, cuyo título significa. permutación, "una técnica de la cábala judía para descifrar textos, por la cual unas letras se cambian por otras, y lo que aparenta ser un cuento infantil puede transformarse en un tratado. Algo que yo hago con los cambios constantes de instrumentos", asegura este músico, nacido en Granada, que toca saxos, flautas traveseras e instrumentos de viento procedentes del norte e África, China o la India. Temurá se publica dos años después de Pangea, "un recorrido geográfico por el planeta".
En Temurá, el punto de partida es distinto, aunque permanece constante la búsqueda de timbres. "Yo escribo canciones que luego trato con una estética diferente. ¿Cuáles son las primeras canciones que hubo en España? Las cantigas de Alfonso X el Sabio, que utilizaba músicas árabes, judías y cristianas: las tres culturas. Así que Temurá es un viaje por uno de los momentos más ricos de la cultura de este país".
El álbum se ha publicado en Alemania, está distribuido en Francia o Inglaterra y se va a lanzar en Suiza, Austria y los países nórdicos. "Al ser música instrumental, no distingue idiomas y puede ser atractiva para otros mercados. En España no hay circuitos para las nuevas estéticas musicales", explica Paxariño, que participa en distintos proyectos, y que ha acompañado en giras a Sabina y a Víctor y Ana: "Te acabas convirtiendo en un esclavo de lujo; ganas dinero, pero te quedas sin discurso propio". Saiz, justifica el hecho de vender más discos en el extranjero: "Me parece que existe un mayor número de curiosos, razón por la cual cosas poco promocionadas pueden llegar a venderse relativamente bien. Aquí, alguien que quiera descubrir un disco raro lo tiene crudo, porque la difusión en los medios es muy limitada".
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