El PP e Izquierda Unida convocan a González para que explique en el Congreso el 'caso Palomino'

El Partido Popular e Izquierda Unida quieren escuchar del propio presidente del Gobierno, Felipe González, en el pleno de la próxima semana, las aclaraciones sobre las actividades de su cuñado Francisco Palomino en relación con las adjudicaciones de obras públicas a la empresa Control y Aplicaciones (CAE), en la que Palomino tenía un contrato de dirección para presidir Talleres Palomino, propiedad de CAE. El Gobierno pedirá la convocatoria de la Comisión de Secretos Oficiales del Congreso para que sus miembros conozcan "toda la información de que se dispone" sobre la electrificación del búnker de La Moncloa, realizada por CAE. Según la ejecutiva del PSOE, en los contratos "no hay nada ilegal".

Al tiempo que el Partido Popular e IU iniciaban su ofensiva parlamentaria, la ejecutiva del PSOE insistió en "la incapacidad del PP de formular propuestas que ilusionen a la sociedad, por lo que utiliza falsedades o medias verdades para erosionar al PSOE y al presidente del Gobierno". Estas fueron las palabras del secretario de organización, Ciprià Ciscar, después de cuatro horas de reunión en las que no se habló del cuñado del presidente, para sorpresa de algunos de los asistentes.A estas críticas respondió el Partido Popular emplazando al Ejecutivo y al PSOE a "aportar exculpaciones a cada uno de los escándalos que se publican diariamente, en vez de sentirse víctimas de campañas inconfesables". Por su parte, IU preguntará sobre el caso a Felipe González; al ministro de la Presidencia, Alfredo Pérez Rubalcaba, y al de Obras Públicas, José Borrell.

La presidencia y la vicepresidencia del Gobierno, en contacto con el Ministerio de Obras Públicas, emplearon ayer muchas horas en la elaboración de un documento de respuesta a la información de El Mundo sobre el contrato para la electrificación del búnker de La Moncloa. "

Hace tres años, cuando la obra empezó, Diario 16 informó sobre la adjudicación a CAE. Esta empresa, filial de Dragados y Construcciones, tenia entonces en su nómina al cuñado de FeIipe González -esposo de su hermana Lola-, pero en otra de sus empresas: Talleres Palomino.

Ciscar intentó ayer trasladar a la opinión pública su convencimiento de que "no existió ni existe ninguna ilegalidad", en la venta, por parte de Palomino, de una parcela y unas naves en Dos Hermanas (Sevilla), ni tampoco respecto a la electrificación del búnker de La Moncloa.

El pasado 28 de octubre, El Mundo publicó en primera página un titular en el que se aseguraba que Palomino "ganó 346 millones en cuatro años en un pelotazo inmobilario facilitado por el MOPU", en referencia a la compra de una parcela de la Sociedad Estatal de Promoción y Equipamiento de Suelo (SEPES). El mismo diario aseguraba que Palomino había incumplido la obligación contractual de construir una nave en la parcela.

Sin embargo, el pasado viernes, el Ministerio de Obras Públicas aportó datos oficiales que demuestran que la parcela había sido adquirida a un precio similar al de otras de la zona. Además, la nave sí se ha construido.

Fuentes gubernamentales aseguran que González ya está arrepentido de haber hablado de campañas, corno hizo en Casablanca, ya que no quiere entablar una lucha con ningún medio de comunicación. En el mismo difícil equilibrio se movió ayer Ciscar. Éste inscribió las acusaciones de irregularidades del cuñado de González "en la incapacidad del PP y del señor Aznar de presentar propuestas ilusionantes a la sociedad".

A continuación habló del intento de crear en la opinión pública la sensación de "desasosiego y desmoralización", y, por fin, de desprestigiar "al PSOE y a su secretario general y presidente del Gobierno, Felipe González". Preguntado sobre si era el PP el que estaba detrás de las denuncias, dijo que lo que hacía era "utilizarlas", aunque este capítulo quedó bastante ambiguo.

Miembros de la ejecutiva reconocen que, si no se cita a nadie, puede quedar la sensación, de que "hay una mano negra" de la que se sirve el PP, y lo justifican en la prevención de la dirección del PSOE de arremeter contra un medio de comunicación, ya que podía volverse en su contra.