_
_
_
_

La violencia se propaga por las escuelas

Una de cada cuatro escuelas públicas en EEUU sufrió el año pasado algún problema grave que se saldó con muertos o heridos. La violencia se ha incrementado en los colegios de ciudades grandes y pequeñas, en centros urbanos y en zonas rurales, según la National League of Cities (NLC), que ha llevado a cabo un estudio sobre 700 lugares de todo el país.En los últimos 5 años, según, el estudio, la violencia en los centros escolares se ha incrementado en un 38 por ciento. Sólo 11 de cada cien ciudades sondeadas dicen que la violencia escolar no existe como problema. Para las demás, es una pesadilla continua que altera gravemente el ambiente escolar, según el informe: "Denuncias de ataques, tiroteos, registros para buscar armas, actividades de bandas juveniles y otros incidentes han creado una atmósfera de miedo, ansiedad e incertidumbre en los chicos y chicas sobre lo que puede ocurrir cada día".

El presidente Bill Clinton protagonizó el pasado verano una campaña publicitaria en televisión en la que aparecía con una joven negra que había perdido varios compañeros de su instituto en actos violentos. El pasado 23 de octubre, Clinton firmó una orden ejecutiva que exige a los directores de los centros de enseñanza que expulsen por lo menos durante un año a cualquier estudiante que lleve un arma al colegio.

Pero el problema tiene raíces hondas: la mitad de las escuelas en el centros de las grandes ciudades y, lo que es más sorprendente, el 21 por ciento de las que están en zonas rurales y el 19 por ciento de las que se encuentran en los suburbios residenciales han registrado incidentes y peleas en las que ha habido heridos o muertos: "Las complicaciones se han extendido, ya no se puede, hablar de características únicas o desafortunadas en un puñado de escuelas o ciudades" según Carolyn Banks, concejal del ayuntamiento de Atlanta y vicepresidenta de la NLC.

Las bandas, añade el informe, imponen su ley, a pesar de que un 70 por ciento de las ciudades encuestadas dicen que los poderes locales envían sistemáticamente patrullas de policía o de vigilantes especiales a las escuelas. El uso de detectores de metales alcanza ya al 19 por ciento de los centros de enseñanza, pero no siempre están en funcionamiento, por falta de personal, y los chicos que llevan armas al colegio se las ingenian para introducirlas burlando los sistemas de seguridad. La facilidad con que los jóvenes acceden a las armas en Estados Unidos no hace mas que agravar un problema ya de por si complejo.

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_