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El municipio adeuda a 600 comunidades la ayuda por quitar calderas de carbón

Las comunidades de vecinos de Madrid están suprimiendo las contaminantes calderas de carbón que calientan sus casas a un ritmo mayor que el que pueden soportar las arcas municipales. El área de Medio Ambiente del Ayuntamiento adeuda 325 millones de pesetas a 600 propietarios o colectivos de propietarios que ya han dado un toque ecológico a sus calefacciones al cambiar los hornos de carbón por calderas de gas, gasóleo o electricidad, pero que todavía no han olido un duro.Esta lista está engrosada por otros 625 privados que esperan la confirmación de sus subvenciones (otros 325 millones de pesetas) para decidirse a pintar de verde sus calorías. En total, 1.250 solicitudes aguardan a que los presupuestos municipales permitan el pago de las ayudas. Una espera que puede durar años. En todo 1994 sólo se dedicaron 49.992.116 pesetas para sustituir 37 instalaciones.

Ayudas a la baja

El impulso del área municipal de Medio Ambiente por paliar el problema de la contaminación mediante la sustitución del carbón por otros combustibles ha perdido fuelle con los años. Si en 1991 se invertían 1.744 millones para sustituir 894 calefacciones, en 1992 se reducía esta ayuda a 130 millones (289 cambios) y en 1993 sólo se utilizaban 7.349.177 pesetas (de los 50 millones presupuestados) para subvencionar 27 instalaciones.A lo largo del mandato del PP (desde 1991) cerca de dos millares de comunidades de propietarios han cambiado sus calefacciones y se han beneficiado de subvenciones 578 instalaciones privadas y 662 colectivas. Según Joaquín Fernández Castro, jefe del departamento de Contaminación Atmosférica, la obra tipo tendría un coste, total de cinco millones de pesetas y las ayudas supondrían el 25% del coste total. Además, Gas Natural puede aportar a fondo perdido otro 20% si se opta por utilizar gas.

Fernández Castro opina que "todo lo el dinero que se dedique a subvencionar la sustitución del carbón servirá para limpiar el aire que respiran los madrileflos". Según el técnico, la puesta en funcionamiento de las calefacciones -todavía quedan entre 5.000 y 6.000 calderas de carbón- supone que, en unos días, aumente en un 20% la presencia de dióxido de azufre en el aire y en un 15% la de partículas en suspensión.

Según Aedenat, todas las calefacciones aportan el 48% de los óxidos de azufre de la atmósfera, el 14% de los de nitrógeno y el 38% de Ias partículas en suspensión. Los ecologistas exigen al Ayuntamiento que aumenten sus medidas para que las chimeneas no sigan tiznando las nubes con sus humos y alimentando la boina que cubre Madrid.

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