Los republicanos aspiran a ganar el Senado pese a la recuperación demócrata
En Nueva Inglaterra, donde varias generaciones de Kennedys luchan por mantener con vida el apellido en las elecciones del próximo martes, el senador Edward Kennedy asegura que vuelve a salir el sol para los demócratas. Lo mismo sucede en Tejas, donde Ross Perot ha dado su apoyo a la actual gobernadora demócrata, Ann Richards, frente a uno de los hijos del ex presidente George Bush. Y hasta en California, donde las dos candidatas demócratas acortan diferencias con sus rivales republicanos. Pero éstos aún confían en llegar a dominar el Senado.
Los demócratas han mejorado sus posiciones en casi todo el país. Pero la mayoría de las contiendas electorales están todavía demasiado ajustadas como para emitir pronósticos, y, aunque parece desvanecerse la posibilidad de que la oposición obtenga la mayoría en la Cámara de Representantes (Cámara baja del Congreso), sí está en condiciones de controlar del Senado.De acuerdo a las encuestas en circulación, cualquier partido que obtenga la mayoría en la Cámara alta lo hará por una ventaja mínima, por uno o dos escaños quizás. Pero, en el caso de que sean los republicanos, eso será suficiente para que Robert Dole refuerce su posición actual y para que otros parlamentarios de la oposición asuman la presidencia de importantes comisiones, lo que haría más difícil aún el trabajo de la Administración demócrata.
Dos de los factores que más influyen en la recuperación del Partido Demócrata son la mejora de la imagen del presidente Bill Clinton y la deserción de importantes figuras republicanas en apoyo de candidatos demócratas. El propio Ross Perot, el multimillonario tejano que sorprendió por su buena actuación en las elecciones presidenciales de 1992, parecía más proclive a respaldar a un candidato republicario, pero su antiguo conflicto con Bush le ha impedido ahora ponerse al lado de su hijo George, que aspira al cargo de gobernador de Tejas.
En las dos principales ciuades del país, Nueva York y Los Ángeles, sus dos alcaldes republicanos, Rudolf Giuliani y Richard Riordan, han respaldado a sendos candidatos demócratas, el gobernador Mario Cuomo y la senadora Dianne Feisntein. Esto es reflejo del temor de algunos republicanos por aparecer demasiado radicales ante su electorado apoyando a candidatos procedentes de la derecha cristiana y de las facciones más conservadoras de la oposición.
Buena estrella
El presidente Clinton recorre el país durante toda esta semana en un intento de transmitir a sus compañeros de partido la buena estrella que le ha acompañado en las últimas semanas. Después de las catastróficas previsiones de hace sólo 15 días, una derrota que no suponga la pérdida del control del Congreso podría ser considerada como un éxito para Clinton.La Administración es consciente, sin embargo, de que, cualquiera que sea el resultado del martes, será muy difícil pasar leyes en el próximo Congreso, puesto que, aunque los demócratas obtengan la mayoría en el Senado, varios de sus senadores son procedentes de Estados del sur, que frecuentemente votan junio a los republicanos.
De los 36 escaños de la Cámara alta en juego, 22 son actualmente demócratas y trece republicanos. La oposición necesita robar siete asientos para obtener la mayoría. El balance de fuerzas, según las últimas encuestas, está como sigue:
- Escaños demócratas: amplia ventaja demócrata en seis de ellos, ligera ventaja demócrata en cinco, igualdad de posibilidades en cinco y cierta ventaja republicana en seis.
- Escaños republicanos: amplia ventaja republicana en siete de ellos y ligera ventaja republicana en los seis restantes.
La buena noticia para los demócratas es que, en las contiendas más igualadas, sus candidatos se encuentran en ascenso. Las principales figuras del partido del Gobierno han mejorado apreciablemente su cotización electoral. Edward Kennedy tiene 15 puntos de ventaja. Mario Cuomo supera también a su rival por más de diez. Ann Richards ha superado a George Bush. Y Dianne Feinstein también ha conseguido la primera posición, aunque con una mínima diferencia.
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