_
_
_
_
Crítica:LA SEMANA EN POP
Crítica
Género de opinión que describe, elogia o censura, en todo o en parte, una obra cultural o de entretenimiento. Siempre debe escribirla un experto en la materia

La magia del talento

Siete noches, siete bandas: un atractivo cartel que, sin embargo, hasta no completarse la semana sólo fue un mero trayecto que concluyó en la magia de la noche séptima.Abrió la semana el día 24 en The Revólver Club la novísima banda de Georgia Collective Soul, reafirmando la persistencia, en sus múltiples formas, con que la cultura light, invencible y omnipresente en cualquier producto consumible, sigue dominando desde el norte. Aunque, definitivamente, los norteamericanos no llegaron a despeinarse lo mas mínimo a pesar de sus largas cabelleras ondeando a ritmo de tres guitarras perfectamente engranadas pero sin desbocamiento ni desorden: ni mas ni menos que lo esperado de su impoluta y comercialoide Shine. Sin embargo, la gran voz del jovencísimo bajista David Neal sobresalía con intensidad por encima de cuanto se oyó y se vio hasta el final del concierto;

De norte a sur: en la misma sala el viernes 28 vienen de Granada Los Planetas, de Madrid Insanity Wave, y de Valencia Los Canadienses. Los tres tienen grabados sus respectivos primeros trabajos, aunque cada uno con diferente repercusión. Comenzaron Los Canadienses, muy verdes, muy dispersos y con un pésimo sonido que no mejoró en toda la noche, pasando fugaces por el escenario.

Algo similar ocurrió con Insanity Wave; el cuarteto tiene el recurso de alguna canción sencilla, algo pegadiza, pero que trasladada al directo no pasa de ser una pasta poco digerible, básicamente porque acaba chamuscándose en el trayecto que media entre la idea original y la interpretación en vivo.

Por su parte, la maqueta Mi hermana pequeña, de Los Planetas, resultó la más votada por los oyentes del programa de Radio Nacional Disco Grande: nada menos que 1.808 votos para su canción. Los Planetas, primer grupo pop-noise nacional que ha fichado por una multinacional (gracias, en gran parte, a sus letras cantadas en castellano) era la actuación más esperada de la noche. Arrancaron con destreza, controlando a la perfección la sinuosidad que en su trabajo Super 8 supone un verdadero hallazgo. Pero, inesperadamente, en el segundo tema se resquebraja su sonido y ya no se recupera. ¿Cuál será la razón por la que ninguno de los tres grupos de la noche logró un directo de, al menos, la misma calidad que se apuntaba en sus trabajos editados?

El sábado 29 continuaron los conciertos de las bandas nacionales que están configurando el panorama independiente, esta vez con los Happy Loosers y Los Protones. La inexperiencia podría no ser un problema, así como tampoco un sonido deshilvanado, al tratarse de bandas absolutamente noveles; por desgracia, la cuestión reside en la torpe monotonía de su oferta interpretativa.

Y al fin una noche mágica, coincidiendo con la de los muertos. En la del lunes 31, la banda británica Blur supo exaltar desde el escenario de la sala Pachá los ánimos de un numerosísimo público con su exquisito sonido de pop guitarrero purísimo y elegante. Grandes intérpretes que salvaron de la mediocridad, a una semana llena de música. Y no es magia, es talento.

Toda la cultura que va contigo te espera aquí.
Suscríbete

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
RECÍBELO

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_