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El ascenso del jefe del Estado Mayor argelino le convierte en el nuevo "hombre fuerte" del régimen

El general mayor y jefe del Alto Estado Mayor del Ejército argelino, Mohamed Lamari se convirtió ayer en el nuevo hombre fuerte del régimen, al ser promocionado al más alto grado de la jerarquía militar. Con su nombramiento como general de cuerpo se pone fin oficialmente a la política de diálogo del Gobierno de Argel con los lideres históricos del Frente Islámico de Salvación (FIS) y se abre un periodo de lucha a ultranza contra el integrismo.

El nuevo general de cuerpo, Mohamed Lamari, de 55 años de edad, conocido, por sus posiciones antiintegristas, se ha opuesto siempre a cualquier tipo de diálogo con los dirigentes históricos del FIS. Hace pocos días había hecho público un comunicado propugnando la lucha armada contra el integrismo, hasta sus últimas consecuencias, "sea cual sea el precio y los sacrificios".Con este comunicado, Lamari no hacia otra cosa que repetir y reiterar otro comunicado, este de carácter interno, dirigido a todos los militares con mando sobre tropa, el pasado 17 de septiembre, cuatro días después de la liberación de los lideres históricos del FIS, Abassi Madani y Alí Belhadj, que fueron autorizados a abandonar la prisión militar de Blida. En ese comunicado Lamari prometía a sus tropas que pondrá fin al fenómeno integrista en un plazo máximo de tres meses.

La promoción de Lamari al puesto más alto de la cúpula militar argelina, se produce pocas horas después de que el presidente de la República, el general Liamin Zerual anunciara oficialmente el fracaso de la política de diálogo que se pretendía ensayar con Abassi Madani y Ali Belhadj, quienes se encuentran en situación de arresto domiciliario, en un palacete de Argel, la capital.

A lo largo de la noche del sábado, Zerual respondió airado a las declaraciones realizadas por Madani y Belhadj según las cuales el Gobierno había "pisoteado" la Constitución del país y en las que exigían la "libertad total" para llevar a cabo un auténtico diálogo que permitiera poner fin a la sangría que padece el país..

Según el presidente, mientras Madani ha rechazado condenar la violencia "porque no tiene sentido y complicaría la situación", Belhadj envió recientemente "dos cartas a los terroristas", que "muestran las maniobras de los dirigentes" del FIS y cómo éstos siguen llamando a los grupos integristas armados a intensificar la lucha por el "triunfo del islam". Zerual afirma que las misivas revelan cómo los líderes del FIS apoyan "el terrorismo y el extremismo".

"Si son incapaces de encontrar una solución a la crisis, les aconsejamos que dimitan para poder desenmascarar a la junta militar", señalaba el llamamiento realizado ayer por la dirección del FIS en el exilio al presidente Zerual y a "quienes le apoyan".

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El nombramiento de Lamari es una respuesta de fuerza a la sugerencia de los líderes integrista y confirma un endurecimiento de la política del régimen. Lamari había ostentado entre 1990 y 1992 la responsabilidad del Ejército de Tierra, controlando así la columna vertebral de la armada. Pero fue depuesto de este cargo por sus desacuerdos con el presidente de la República, a quien criticaba por sus reiterados intentos de lograr un pacto con las fuerzas islamistas.

Arrinconado, pero siempre en los aledaños del poder, Lamari fue recuperado por el régimen en 1993 al ser nombrado Jefe del Alto Estado Mayor y responsable de las Fuerzas de Seguridad Unificadas, encargadas de luchar contra los comandos integristas.

El ascenso de Lamari no ha sorprendido en medios políticos argelinos, donde se insistía en la situación de bloqueo en el proceso de diálogo abierto con el FIS y se constataba al mismo tiempo un incremento de las operaciones militares, sobre todo en los barrios del este de Argel, feudos de las facciones armadas integristas.

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