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LA NUEVA COMISIÓN EUROPEA

De Delors a Santer

Ambos se llaman Jacques, son francófonos y católicos. Ahí acaban las semejanzas entre el presidente saliente, el francés Delors, y el entrante, el luxemburgués Santer. Delors se va rodeado de una aureola mítica. Sus 10 años de mandato e incesante actividad han resucitado a la Comisión como institución fundamental de la Unión Europea.Una aureola apoyada en el estilo de mando presidencialista, la habilidad táctica y la continua generación /ejecución de ideas y proyectos. El mercado interior lanzado con el Acta única (desde 1985); el Tratado de la Unión que prepara el camino a la Unión Económica y Monetaria (Maastricht, 1992); el Libro blanco sobre crecimiento, competitividad y empleo que puso el reto de las "autopistas de la información" (Bruselas, 1993) son sus tres grandes hitos. Los tres requerían capacidad ejecutiva. Y mensaje.

Delors, para algunos, ha sido -es, todavía- un presidente filósofo. Su presidencialismo le ha permitido gobernar, en parte sobre el lema divide y vencerás, para que ningún comisario levantase la voz. En parte, sobre el reagrupamiento frente al enemigo exterior: Margaret Thatcher, el intergubernamentalismo. Y se ha apoyado no sólo en en la maquinaria de la Comisión, sino también en una suerte de plataforma informal, predominantemente francesa.

'Segundo plato'

Santer llega sin aureola. Peor, con la imagen de ser segundo plato, tras el veto británico al belga Jean Luc Dehaene. Entra modestamente, escuchando, y recordando que "no pidió el puesto". Así trata de afirmar su independencia ante los jefes de Gobierno.

Pregunta, más que responde. Tras esta apariencia amable y componedora, algunos aseguran que se esconde un hombre firme, poco dado a variar sus planteamientos una vez los ha contrastado y diseñado. "Dará sorpresas", enfatizan. Sorprendentes o no, los cambios han empezado, aún antes de iniciar su mandato. Del presidencialismo delorsiano, apuntalado en una cierta superposición de carteras -sobre todo las de Relaciones Exteriores-, se pasará a un mayor colegialismo.

El diseño de la Comisión de Santer pretende que las tareas de unos y otros no sean redundantes, lo que hasta hoy ha sido un foco de conflicto interno permanente. Tampoco habrá preponderancia administrativo /cultural de un país, ni redes paralelas. Su Luxemburgo es pequeño y no dispone de tantos cuadros. Es luxemburgués su jefe de Gabinete, Jim Cloos. Pero el adjunto es francés, Thierry Bert, y el portavoz, alemán Nikolaus Van Der Past. Se avecina un estilo quizá menos compacto, a cambio de más plural.

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