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SOS-Racismo se querella contra seis vecinos de Móstoles por xenofobia

La organización SOS-Racismo ha interpuesto a querella criminal contra seis vecinos de la calle de Versalles de Móstoles, por delitos de nauraleza xenófoba, como coacciones, lesiones, amenazas, denuncias falsas y daños sobre las personas de N. M. de 32 años, de origen sirio y nacionalidad española, y su esposa, A. l., española de 30 años. Los vecinos denunciados son Juana Marín González, Encarnación Marín González, Juan José Godoy Argente, Juan Godoy Carpio, J. J. G. M. y J. P. P.

La pareja compró el piso en 1989. En la puerta contigua residía desde tiempo atrás el matrimonio Godoy, con sus tres hijos. Anteriormente había residido en la casa recién ocupada un grupo de árabes y persas. A la llegada de los nuevos inquilinos, Juana Marín, que desconocía el origen sirlo de su nuevo vecino, le aseguró "alegrarse de que una pareja joven ocupara el piso, por haber sido ocupado antes por unos moros asquerosos ", dice la denuncia."Nuestros problemas comenzaron cuando les dijimos que yo era árabe". confiesa N. M. "A partir de entonces hemos pasado cinco años terribles: todo ha sido como una pesadilla". 'Según el texto de la querella de SOS-Racismo contra los seis vecinos -cinco de ellos emparentados-, sobrevino una serie de hechos, entre los que refiere peleas, intimidaciones y molestias reiteradas contra la pareja, que fueron rubricadas por tres juicios diferentes, todos ellos dentro de una conducta que la organización antirracista considera coactiva y encaminada a conseguir que N. M. y su esposa, A. l., se marcharan del piso.

"Hemos tenido que ponerlo en venta y marcharnos a otro piso de alquiler. Sólo pido justicia. Lo que han hecho con nosotros ha sido muy duro", dice N. M. Relata que mes y medio después de abandonar la casa "aún me vuelvo para ver si nos siguen a, mí y a mi mujer". Su esposa, A. l., quiere "olvidar todo lo que hemos padecido".

Su vecina Juana Marín, por su parte, dice: "Han confundido un conflicto vecinal con un conflicto racial. Están empleando la táctica de denunciar racismo, porque está ahora de moda, cuando ese asunto no tiene nada que ver con el color de la piel ni con la etnia de nadie". Para ella, "él era educado, saludaba a los vecinos, pero ella le ponía loco y le azuzaba contra el vecindario".

Su hermana Encarnación lloriquea afligida: "Que me llamen a mí racista me llega al alma. Tengo una vecina de color [de origen nigeriano] que cuando sale me deja a su hijita, Esperanza Huché, cuando tiene que irse a trabajar. De racista no tengo nada, ellos eran malos vecinos".

"Incluso sus padres me acaban" de enviar una invitación para inaugurar una peluquería" y. muestra el papel con aflicción.

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Encarnación reconoce haber intercambiado insultos con N. M., así como poseer en casa una escopeta de su esposo, cazador, con la cual, según la denuncia de SOS-Racismo, amenazó con "pegar un tiro" al español de origen sirio, pero se justifica a propósito de una de las peleas denunciadas: "Yo nunca amenacé a ese señor; lo único que hice entonces fue defender a mi sobrino, J. J. G., que estaba siendo golpeado por ese tío en el portal".

Su. hermana, Juana insiste en que N. M. tocaba en el portero automático de su casa a primera hora de la mañana y "despertaba a conciencia a sus hijos", entonces dormidos, según su testimonio.

Amenazas

N. M. señala, por su parte: "Era matemático. Cuando en agosto se iban de vacaciones [los vecinos], comenzaban a telefonearnos de madrugada y a amenazarnos. Era demasiado fuerte. Nunca en mi vida he sido sometido a coacciones así".SOS-Racismo cree ver "motivaclones racistas y xenófobas en los hechos denunciados", que considera ampliamente demostrados y que "han justificado sobradamente la denuncia judicial y pública a esos vecinos". La organización insiste en "debatir urgentemente la tipificación del delito de racismo y en desplegar una campaña de concienciación ciudadana al respecto".

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