Un caballero medieval
,En una zona boscosa y sombría de la Casa de Campo madrileña, un caballero de la Edad Media lucha estos días contra el hechizo de un misterioso guerrero, mientras unas ánimas caminan lentas arrastrando pesadas piedras. El caballero es el bailarín y coreógrafo Nacho Duato, que debuta así en el cine con el mediometraje El bosque de los espejos, de Norberto López Amado. Con una pesada espada al cinto, Nacho Duato se muestra encantado y sin miedos de su nueva experiencia. "Siempre que no interfiera y frene mi trabajo en la compañía, estoy dispuesto a hacer muchas cosas", dice el director del Ballet Lírico Nacional, que ha conseguido todo un récord de cuatro años y medio al frente de la compañía.
El bosque de los espejos -con un presupuesto de 14 millones de pesetas, cuatro de ellos subvencionados por Cultura- es el segundo trabajo cinematográfico de López Amado, orensano de 30 años, autor también del guión. Para su director, El bosque de los espejos es la historia del encuentro con uno mismo. "El caballero penetra en un bosque para salvar el amor, pero lo que se encuentra es el reflejo de sí mismo. Tiene que elegir entre la fama y la gloria o el amor dice López Amado, que reconoce encontrarse más cerca de los cuentos medievales que de las. situaciones actuales. "Me siento mucho más libre, ya que puedo imaginar cosas como si se tratara de un cuento".
El que sí parece sacado de un cuento es Duato. Magullado y vestido con calzones de época, no pone ninguna pega a estar tumbado durante horas en la fría hierba. "El guión me gustó mucho porque ya está bien de filmes de drogas, asesinatos y sida. Es una historia fantástica que creo que me va mucho, en la que el caballero es más místico que luchador. Además, es una película más visual que expresiva, en la que hablo poco", explica Duato.
