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Condenada a cinco años de cárcel la mujer del agente de la CIA que espió para Rusia

Antonio Caño

Rosario Ames, la esposa del agente de la CIA detenido el pasado mes de marzo por espiar para Rusia, fue condenada ayer a cinco años y tres meses de prisión por complicidad con el mismo delito. La sentencia es la más baja posible para el crimen que ella misma confesé. Rosario Ames había aceptado desde el principio colaborar con el fiscal a cambio de que se le permitiese reunirse cuanto antes con su hijo de cinco años.El marido de Rosario, Aldrich Ames, ha admitido haber sido agente de los rusos desde 1985 hasta la fecha de su detención, y ha aceptado una condena de cadena perpetua a cambio de la rápida puesta en libertad de su esposa.

En el momento de la detención de la pareja en su casa de Alexandria (Virginia), Rosario Ames, natural de Colombia, fue retratada por la prensa como una Mata Hari latinoamericana que no sólo colaboró sino que inspiró el trabajo del marido.

En entrevistas concedidas por ella en los últimos días, Rosario Ames declara, sin embargo, que únicamente supo a qué se dedicaba su esposo 18 meses antes de su detención. Cuando ambos se conocieron en México, Aldrich Ames se presentó como un funcionario del Departamento de Estado. Tiempo después le confesó que trabajaba para la CIA, pero sólo mucho más tarde admitió que era un espía ruso.

Rosario Ames ha manifestado que cuando se enteró de eso pensó antes de nada en la suerte de su hijo, y decidió guardar silencio y ayudar a que su marido no fuese detenido en lugar de denunciarle a las autoridades.

En una entrevista con la NBC emitida en la noche del jueves, Rosario Ames, nacida en Bogotá en una familia de clase alta y educada en el mejor ambiente intelectual de su país, asegura que siempre estuvo enamorada de Aldrich, pese a que fue descubriendo en él características que no encontró en el principio de su relación.

Simple vanidad

Rosario cree que, aunque cobró al menos 2,5 millones de dólares (325 millones de pesetas) por el trabajo que hizo para Rusia, su marido decidió ser espía para el principal enemigo de EE UU por simple vanidad para demostrar que era más listo que nadie.Antes de su detención, Rosario era una de las más brillantes alumnos en la universidad de Georgetown, en Washington. A los 42 años, Rosario se ve ahora como una mujer atormentada que no parece tener más deseo que el de reunirse con su hijo Paul. El niño está viviendo con su abuela materna en Bogotá. En la capital colombiana Rosario Ámes se ha convertido en toda una celebridad. Es allí probablemente a donde irá una vez que abandone la cárcel de Alexandria, lo que, si es afectada por los diferentes programas de reducción de pena, podría ocurrir en dos o tres años más.

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