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Los inmigrantes de Peña Grande amenazan con reconstruir sus chabolas fuera del poblado

El fuego destruyó sus techos y la lluvia anegó los suelos. Los 400 magrebíes que perdieron sus chabolas en el incendio que arrasé el lunes 82 de los 192 charnizos del poblado de Peña Grande tampoco durmierón tranquilos durante la noche del viernes en las tiendas de campaña provisionales instaladas por el Ejército. El agua caló las lonas y empapó los colchones. Ayer, los magrebíes amenazaban con reconstruir sus chabolas fuera del poblado. La plataforma que pide que se entregue el 0,7% del producto interior bruto para los países pobres repartió comida y ropa.

"¡No hemos podido dormir, esto es una vergüenza!", gritaba indignado uno de los inmigrantes. Los chabolistas alojados en tiendas no paraban ayer de lamentarse. Durante la noche no pudieron pegar ojo porque aparecieron las goteras en las tiendas. La lluvia fue su último enemigo. En el interior de las tiendas los niños se acurrucaban en una esquina sobre el único colchón seco. En un rincón almacenaban las pertenencias qué salvaron de las llamas.Arremolinados en círculos los hombres murmuraban enfadados. Al acercarse un extraño se disolvían. Cuando descubrían que era un periodista comenzaban a quejarse. Afligidos y con el semblante triste, ofrecían la relación de sus quejas. "Una casa; una casa y comida"; "no nos atienden, queremos una vivienda"; "el alcalde promete y luego no da", eran algunos de los comentarios repetidos. El concejal del distrito de Fuencarral-El Pardo, Miguel Martín Vela, anunció el viernes que se proporcionarán viviendas a los afectados, pero excluyó de esta oferta a los que él considerase traficantes de droga. El acuerdo al que llegaron el viernes el Ayuntamiento y la Comunidad establece como fecha límite el 30 de marzo para entregar un piso de alquiler subvencionado a las familias afectadas.

A través de un. estudio de la capacidad económica de las familias se establecerá la cuantía de la subvención que recibirán, y que pagarán a partes iguales el Ayuntamiento y la Comunidad. Los inmigrantes quieren, soluciones rápidas y no están dispuestos a pasar todo el invierno en unas, tiendas que carecen de calefacción y servicios higiénicos. "Y, si llueve, ¿adónde Vamos?", exclamaba de forma atropellada un magrebí. "Tendremos que construirnos algo, aunque sea fuera de aquí", añadía. Según el ácuerdo alcanzado entre las administraciones local y regional; los magrebíes no pueden reconstruir las chabolas.

A media tarde un grupo de los miembros de la plataforma del 0,7% se acercó, hasta el poblado de chabolas para dejarles ropa y alimientos. "Esto está bien, pero queremos una casa", decía uno de los supuestos líderes de los inmigrantes. Mientras, varias patrullas de la Policía Municipal custodiaban el poblado y vigilaban para que no se levanten de nuevo las chabolas.

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