El Mercado Puerta de Toledo agoniza
SARA GARCíA CALLE. La Comunidad de Madrid parió en 1988 el Mercado Puerta de Toledo como un exclusivo centro de anticuarios y diseñadores de lujo que visitarían dos millones de personas al año según pronósticos del propio presidente, Joaquín Leguina.
Seis años después, entran en el centro unas 25 personas al día, si hay suerte. En el bar del complejo cocinan dos tortillas de patatas al día para pinchos y una siempre queda intacta. El grupo de comerciantes ha menguado de los 137 iniciales a los actuales 31 supervivientes, que buscan ahora una nueva estrategia de lucha.
De los 25.000 metros del mercado, 15.000 son para tiendas y el resto para vida cultural y aparcamientos. Del espacio comercial sólo están ocupados ahora 1.300 metros cuadrados, por los cuales los 31 supervivientes pagan 6.000 pesetas mensuales el metro, con revisión del coste de la vida (IPC).
"No nos vamos porque, si lo hacemos, de todas formas tendremos que seguir pagando los créditos que pedimos para instalarnos aquí, con una inversión a 30 años vista", añade la portavoz de los comerciantes.
Los comerciantes se quejan de que no existe una gestión comercial por parte del Imade.
Este complejo tiene muchas de las ventajas que desearía cualquier gestor de un centro comercial. En plena euforia restrictiva de horarios, puede abrir, y así lo hace, los domingos y días festivos, por estar en el área de influencia del Rastro. El clima de su entorno está mejorando con el Pasillo Verde y la construcción, de 3.750 viviendas en la zona. El edificio tiene la elegancia del antiguo mercado central de pescados ubicado en uno de los barrios históricos. Y, sin embargo, no funciona. ¿Tiene alguna relación con ello el que los gestores sean funcionarios y los más de 3.000 millones invertidos salieran del dinero público? Los comerciantes contestan con un "sí". Además, el Ayuntamiento y la Comunidad prolongan aquí su habitual tira y afloja.
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Los comerciantes proponen montar el 'Leguidú' en el Mercado Puerta de Toledo
VIENE DE LA PÁGINA 1Los 31 comerciantes que aún tienen sus tiendas abiertas decidieron en la noche del martes abandonar el encierro que mantuvieron durante una semana, y dirigir sus acciones de protesta hacia el consejero de Economía, José Luis Fernández Noriega. Al departamento que dirige pertenece la institución propietaria y gestora del mercado, el Instituto Madrileño de Desarrollo (Imade). Por eso le han enviado un fax solicitándole una entrevista urgente, en la que esperan pedirle soluciones que acaben con la situación.
Los comerciantes tienen un proyecto: reordenar las tiendas en una sola zona del edificio, para reducir el gasto de mantenimiento, y convertir la parte central en sede de un centro cultural e institucional. Es decir, montar el Leguidú -el hipermercado de la cultura que se levantará en la antigua fábrica de cervezas El Águila (Arganzuela) con una inversión prevista de 3.000 millones- en el Mercado Puerta de Toledo. Se salvaría así la negativa del Ayuntamiento -propietario del suelo- a modificar el uso fijado para el edificio, según explica Marián Diéguez, portavoz de la Asociación de Empresas Mercantiles del Mercado Puerta de Toledo.
"En vez de gastarse miles de millones en el Leguidú, que lo instalen aquí, que estamos muy cerca, casi en el mismo barrio" añade Marián Diéguez. "Amada López, la directora del mercado, habló con nosotros el martes tras una semana de encierro, y reconoció que ella no podía hacer nada, porque es un problema institucional y político", explica la portavoz de la asociación. Así que han encaminado sus pasos al consejero de Economía y presidente del Consejo de Administración del Mercado Puerta de Toledo, SA, José Luis Fernández Noriega. "Si no obtenemos respuesta, iremos a la Asamblea de Madrid", avisan. Además, los comerciantes serán recibidos mañana, viernes' a las 9.30, en la oficina del Defensor del Pueblo par! exponer el caso "porque ellos tienen mecanismos para dirigirse a las dos instituciones implicadas y solicitarles una solución".
¿Cuál es el problema? El Mercado Puerta de Toledo nació en 1988 como un centro comercial y cultural de lujo total. El Instituto Madrileño de Desarrollo, dependiente de la Consejería de Economía, gestor del, edificio, quiere privatizarlo porque no funciona y acumula más de 600 millones de pérdidas para el erario público. Pero para privatizarlo necesita cambiar dos aspectos del centro, a lo que se niega rotundamente el dueño del suelo, el Ayuntamiento de Madrid, que lo cedió por 30 años.
Las dos modificaciones necesarias son cambiar los usos del edificio para instalar un supermercado, por ejemplo, y poder cederlo a una empresa con ánimo de lucro, "ya que el Ayuntamiento se lo cedió a una empresa de la Comunidad sin ánimo de lucro [el Imadel y si ésta quiere cederlo tiene que ser a otra sociedad de la misma naturaleza", explica la portavoz. El PP defiende un uso cultural o institucional para el complejo, en consonancia con la propuesta lanzada este ve rano por el Grupo Popular en el parlamento regional de llevar la sede de la Asamblea al Puerta de Toledo.
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