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"Todos somos actores", dice Brando en su última entrevista televisada

El actor convirtió el encuentro en un espectáculo surrealista

Fue una de las entrevistas más complicadas con las que ha tenido que lidiar Larry King, el veterano presentador de la cadena CNN. La retransmisión de su encuentro con el mítico actor Marlon Brando -que no accedía a una entrevista televisada desde hacía 20 años- estaba destinada a promocionar la recién publicada autobiografía del actor, Canciones que mi madre me enseñó. Pero Brando, que comenzó diciendo que rechazaba las entrevistas -"porque no me gusta venderme por dinero"-, transformó el encuentro en un polémico, espectáculo. "Todos somos actores", afirmó.

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Sus pies y su perro

Marlon Brando, de 70 años, dijo que no se vendía por dinero, pero paco después admitió: "Elegí ser actor porque es la profesión que más dinero te da hasta que decides qué demonios quieres hacer con tu vida". El actor no especificó si ya sabía que hacer con su vida, pero, refiriéndose a su autobiografía, explicó: "Me querían dar cinco millones de dólares por contar mi vida, pero al final decidí hacerlo por cuatro".La entrevista se desarrolló el viernes por la noche a lo largo de 90 minutos. El lugar elegido: la casa de Brando en Beverly Hills (California). El motivo: la promoción estipulada en el contrato con el editor de Canciones que mi madre me enseñó. Era la primera vez que el protagonista de el Último tango en París concedía una entrevista televisada en directo desde 1974, el año en que se estrenó esa película y su aspecto fue mucho más jovial y sano que en sus últimas apariciones en público.

Brando esquivaba sistemáticamente todas las preguntas de Larry King, y las contestaba luego según le venía en gana. Después de varios intentos por parte del periodista, Brando dejó caer esta teoría acerca de la interpretación: "El origen del oficio de actor es más viejo que el de las putas y la prostitución. Es como si observas a un chimpancé o a cualquier tipo de animal. Si miras a un gorila a los ojos, y parece que te va a atacar, su mirada es como la de un borracho que te está diciendo: ¿Pero tú qué miras?"'.

Con respecto a su excéntrica autobiografía, explicó: "Es un ejercicio de libertad, el objetivo es poder ser quien soy". En ese libro, Brando habla de cuestiones como la inteligencia de los cerdos y algo que califica como una de sus costumbres: meterse de cuando en cuando un dedo por la garganta para vomitar la comida que acaba de ingerir. En otro pasaje, Brando admite que escribió el libro por dinero, para que el editor pudiera ganar lo suficiente para publicar obras de autores desconocidos. Del otro libro sobre su vida que acaba de salir a la venta, Brando the Biography, reconoció que no lo había leído.

El actor, que acaba de finalizar el rodaje de la película Don Juan DeMarco, junto al joven Johnny Depp, dijo que actuar es algo al alcance de cualquiera. "Todos somos actores", explicó. "Cuando decimos 'Hola, ¿qué tal?', estamos actuando". Luego añadió que no echa de menos el teatro por que "son tres horas de sangre sudor y lágrimas en las que no hay nada que hacer excepto bla, bla bla..." Brando dijo que, de las películas en que había trabajado, Queimada era su favorita, y, riéndose como un niño recién merendado, reconoció no saber dónde tenía el Oscar que recibió por interpretar a Vito Corleone en El Padrino. "Creo que lo tiene guardado mi secretaria", añadió.

A pesar de los esfuerzos de Larry King, Brando se salió con la suya e impuso como tema de conversación al final del encuentro el genocidio de los indios del Oeste americano, una de las causas que ha defendido durante años.

Además, el actor explicó durante largo rato un proyecto de siembra de una planta que crece en el desierto y con la que se puede elaborar galletas así como un aceite apto para la combustión que, según el actor, puede ser la fuente de energía del futuro.

En sintonía con la atmósfera surrealista que marcó el encuentro televisado, Brando llamó después a su perro mastín y se puso una de esas galletas en la boca para pasársela al animal. A continuación se despidió de Larry King con un beso en los labios.

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