El papel de la escuela ante la intolerancia
La Conferencia Internacional de Educación, que abre hoy en Ginebra sus puertas a más de 100 ministros de Educación y especialistas de todo el mundo, prepara una Declaración que expresa la preocupación que sienten todos los sistemas educativos por cómo contribuir a contrarrestar desde la escuela el "resurgimiento de las manifestaciones de intolerancia, de violencia, de xenofobia, de nacionalismo agresivo y de atentados a los derechos humanos".Organizada por la Oficina Internacional para la Educación (OIE) de la Unesco, esta conferencia, que se celebra cada dos años, tiene en esta ocasión un papel decisivo que jugar en la elaboración de unas directrices en materia de educación que reflejen los grandes cambios producidos desde la caída del muro de Berlín y con ella la desintegración de los dos bloques. Terminada la guerra fría, el debate cultural ha eclipsado el ideológico y los conflictos se dirimen en el interior de las fronteras de muchos países adoptando todas las formas de que se reviste la intolerancia.
La cultura de la: paz, la formación de la ciudadanía y la educación de la tolerancia van a centrar los debates de la conferencia, que estarán presididos por el director general de Unesco, Federico Mayor Zaragoza; el presidente de la Comisión de la UE, Jacques Delors, y el director de Unicef, James Grant, respectivamente. Docentes, investigadores, especialistas, pedagogos y líderes religiosos participarán en las mesas redondas creadas en torno al papel de la educación religiosa en las escuelas, la prensa, la incidencia de la globalización de la economía en la educación, el aprendizaje de idiomas, los derechos humanos y los análisis de las innovaciones puestas en marcha en diversos países, como la red de Escuelas Asociadas de Unesco.
Comprensión
Hace ahora 20 años la Conferencia General de la Unesco aprobó la Recomendación sobre la educación para la comprensión, la cooperación y la paz internacionales y la educación relativa a los derechos del hombre y a las libertades fundamentales, en la que se ponía el acento en la "innadmisibilidad" de la. guerra agresora y dominadora, la fuerza y la vivencia y en la idea de que cada persona deber responsable del mantenimiento de la paz. Dos décadas más tarde, la Unesco vuelve a medir a los países ese comprom¡so en la declaración que sellará esta la sesión, que inevitablemente, resumirá un consenso internacional muy general. Las prioridades sólo se pueden definir a nivel local.
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