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La madre Teresa prefiere la providencia a la planificación

El director de 'The Lancet' cuestiona los tratamientos de las Misioneras de la Caridad

El 8 de octubre, el periódico Telegraph de Calcuta informaba que un hombre no identificado de unos 65 años de edad había sido encontrado muerto cerca del templo de Kalighar. Lo sorprendente del caso es que eso fuera merecedor de una noticia. Un paseo por ese barrio miserable muestra enfermedad y degradación a gran escala. El que sea infrecuente que la gente muera en la calle hay que agradecérselo en gran medida al trabajo de la madre Teresa y su misión. Los ciudadanos se han visto sensibilizados por su trabajo de los últimos 40 años; en casos en los que antes tendían a mirar hacia otro lado, ahora suelen llamar a una ambulancia. Y si los hospitales se niegan a admitir al enfermo, el Hogar de los Moribundos de la madre Teresa se encargará de él.Elhogar era antes un albergue de peregrinos cercano al templo. Los visitantes son bien recibidos, especialmente si quieren trabajar (mi esposa y yo dimos de comer a algunos de los residentes y fregamos con ceniza los platos y vasos metálicos). Hay dos pabellones, uno para hombres y otro para mujeres, cada uno con tres filas de bancos de cemento con colchones de plástico verde. En una sala central, dos hermanas de la orden de la madre Teresa -las Misioneras de la Caridad- coordinaban los esfuerzos de cinco voluntarios (jóvenes de Bélgica, Alemania y Japón). Junto con dos novicias de la orden, distribuían arroz, verduras y agua a unos 90 hombres y mujeres.

Me sorprendió ver que muchos internos comían con apetito y tenían buen aspecto. Más de dos terceras partes salen del hogar por su propio pie. El rasgo que les une no es que se pensara que eran moribundos, sino que no se les había admitido en ningún otro centro. ¿Qué tipo de cuida dos médicos reciben? Es muy aleatorio. Hay médicos que se pasan de vez en cuando, pero normalmente las monjas y los voluntarios (algunos con conocimientos médicos) toman decisiones lo mejor que pueden. Vi a un joven que ha bía sido ingresado en malas condiciones, con fiebre alta, y los fármacos que se le rece taron fueron tetraciclina y paracetámol.

Posteriormente, un médico diagnosticó malaria probable y sustituyó los medicamentos por cloroquina. ¿No podría alguien haber realizado un análisis de sangre? Me dijeron que pocas veces se podían permitir ese tipo de investigaciones. ¿Y una prueba sencilla para ayudar a las monjas y voluntarios a distinguir los casos incurables de los que no lo son? Tampoco. Esos planteamientos sistemáticos son ajenos a la ética del hogar. La madre Teresa prefiere la providencia a la planificación; sus reglas están diseñadas para evitar cualquier desviación hacia el materialismo. Así que las características más importantes del régimen son la limpieza, la curación de heridas y llagas y la amabilidad y el cariño. (Un requisito es escribir todas las recetas con lápiz y luego borrarlas, para poder reutilizar el papel).Por último, ¿qué tal son las monjas a la hora de tratar el dolor? Durante una breve visita no pude juzgar la potencia de su Planteamiento espiritual, pero me preocupó saber que entre los medicamentos empleados no se incluyen analgésicos fuertes. Junto con la desatención al diagnóstico, la falta de buenos analgésicos hace que el planteamiento de la madre Teresa sea claramente distinto del del movimiento de hospicios. Yo sé cuál de los dos prefiero.

Copyright The Lancet.

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