_
_
_
_

Los 1.000 visitantes diarios del macizo de La Pedriza se vuelven, 'ecologistas'

El macizo granítico de La Pedriza, el en clave más popular del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, ha recibido 222.000 visitantes en los ocho primeros meses de 1994. Una media de 914 excursionistas diarios que llegan con sus coches, tortillas, litronas, tarteras, bicicletas, mesas y pañales... No puede haber más de 500 coches dentro a la vez. Cada fin de semana se arrojan en los contenedores de la salida cinco toneladas de desperdicios y nadie puede hacer fuego. La campaña de concienciación ha convertido al millar de visitantes diarios en ecológistas.

Más información
La naturaleza en una vitrina

La barrera instalada hace seis años para impedir que coincidan más de 500 vehículos en este paraje no ha disuadido a los visitantes. Una fuerte campaña de mentalización para no olvidar las basuras en el campo ha conseguido aligerar la presión humana. Cada día, se recogen cientos de kilogramos de desperdicios en los contenedores colocados a la entrada de La Pedriza para que los visitantes consigan, sin bajarse del coche, una canasta limpia.Para poner freno al acoso dominguero, la Agencia de Medio Ambiente (AMA) de la Comunidad aplica, desde el 15 de julio de 1988, una medida que tuvo al principio una fría acogida: dentro de La Pedriza no puede haber más de medio millar de coches a la vez. Desde Camorza -término municipal de Manzaneras el Real (2.587 habitantes)-, unos vigilantes ofrecen un impreso con decálogo del comportamiento cívico en el campo, dotan a cada conductor con una llamativa bolsa de basura roja y cierran el paso con una valla al vehículo agraciado con el número 501. Este y los siguientes tienen que esperar hasta que alguien se canse del imponente paisaje de rocas y vegetación. La mayoría de los sufridores comprende la limitación, aunque siempre hay alguno de la fila que asegura indignado que tiene derecho a pasar todo el que quiera. Tampoco falta quien cree que "el acceso debería estar prohibido a todo el mundo" (aunque éstos tampoco se deciden a entrar a pie al parque). La valla se ha bajado temprano casi todos los días de este verano y, según los vigilantes de La Camorza, los menos madrugadores han esperado hasta tres horas. Incluso el pasado día 25, primer domingo de otoño, hubo que cerrar La Pedriza a las once y media. Dos horas después, salían más coches que entraban y la cola se evaporó.

Fuego, prohibido

Con la limitación, el número de visitantes anuales se ha estabilizado en los últimos años. Si en 1992 rodaron por La Pedriza 100.253 coches y 211 autocares, en 1993 lo hicieron 102.278 y 558 respectivamente. El año 1994 sigue el mismo ritmo: en los ocho primeros meses han subido 76.243 coches y 332 autobuses. En verano, en la época de mayor presión para el parque, es cuando menos coches pueden entrar a diario. "Los visitantes llegan para pasar todo el día", asegura José Luis García, el director del parque regional de la Cuenca Alta del Manzanares, "y los que llegan tarde tienen que esperar mucho". En otoño, las visitas son cortas y no es extraño que entren hasta 900 coches en un solo día.

Hacer fuego está prohibido en toda La Pedriza. "Éste es un parque de tortilla de patata y de filete empanado", bromea García: "Se acabaron las paellas y las- chuletas a la parrilla". El director recuerda que hace años se hacinaban hasta 4.000 vehículos, que dificultaban el acceso a los bomberos. También asegura que la mentalidad del dominguero ha cambiado mucho: "Siguen haciendo las mismas rutas, sólo un 5% se aleja del agua del río Manzanares, pero ahora el 98% tira su bolsa en los contenedores".

Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
SIGUE LEYENDO

Quien no traga es Eduardo, un montañero de 82 años que se aventura -"de por libre, sin estar federado", asegura orgulloso- desde hace más de medio siglo por La Pedriza. "Son todos unos guarros, lo ensucian sin pensar en cómo lo dejan", denuncia. Sus viejas botas delatan que han pateado mucho los 30 kilómetros de sendas del macizo. Eduardo se aleja recordando tiempos mejores: "Antes sí que estaba bonita La Pedriza, cuando nadie llegaba hasta aquí".

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_