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Tribuna:INTEGRISMO EN EL MAGREB
Tribuna
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La cuestión bereber

El Magreb, señala el autor, ya no puede seguir funcionando sin tener en cuenta al 40% de su población: los bereberes se sienten privados de sus raíces, de su identidad cultural, y además se ven obligados a ceder a la lengua y a la forma de funcionamiento de la escasa mayoría de idioma árabe

Tahar Ben Jelloun

El secuestro del cantante contestatario cabileño Lunes Matub, secuestro que se han atribuido los islamistas, vuelve a plantear de forma brutal la cuestión bereber en el Magreb. Alrededor del 40% de la población de Argelia y de Marruecos es bereber. (Túnez también tiene un componente bereber, pero es mínimo).¿Quiénes son los bereberes? No es una raza. Es una etnia, que aportó los primeros habitantes del Magreb. La palabra bereber es árabe. Designa a las poblaciones que los conquistadores árabes, llegados de Arabia el siglo VII para traer el mensaje del islam y propagar dicha religión, descubrieron cuando trataron de islamizar el norte de África. Su primer intento fracasó, igual que había fracasado su romanización y su cristianización, emprendidas por Europa siglos antes. A los cabileños de ahora les gusta recordar la figura de una mujer llamada La Kahina, que resistió contra los árabes en el 698 en el macizo montañoso del Aurés.El término bereber viene del verbo árabe barbara, que significa balbucear, pronunciar palabras incomprensibles. Los árabes no comprendían la lengua que hablaban esas poblaciones que acabaron por abrazar el islam e incluso por arabizarse. Entonces las convirtieron en personas que, por no hablar árabe, sólo podían tartamudear o balbucear.

El problema no es racial ni estrictamente político. Es esencialmente cultural. Porque, más de 12 siglos después de la islamización (que se confunde con la arabización) del Magreb, todavía se mantienen la lengua bereber -o mejor dicho las lenguas bereberes-, la cultura y la civilización ancestrales de estas poblaciones. Hoy, en 1994, existen marroquíes o argelinos que no hablan una palabra de árabe (lengua oficial de ambos países) y sólo conocen el tamazight, el idioma de sus antepasados. ¿Cómo se comunican entonces con el resto de sus compatriotas? ¡Frecuentemente, en francés o en español!

En Marruecos, la cuestión bereber también se plantea, pero de forma menos violenta. En primer lugar, en ese país existe un sentimiento de pertenencia a una misma comunidad. En 1932, cuando la Administración francesa quiso imponer una jurisdicción diferente de la de los marroquíes de lengua árabe para los ciudadanos de lengua bereber, todo Marruecos se movilizó contra lo que se llamó decreto bereber y lo rechazó en nombre del islam, dentro del espíritu anticolonialista.

Prácticamente en todas partes tuvieron lugar manifestaciones con el lema: "Bereberes o árabes, todos somos marroquíes y musulmanes". No obstante, la guerra del Rif -en la que el emir Abdelkrim Jatabi luchó contra los ejércitos español y francés y proclamó la República del Rif en 1922, república que fue muy efímera- dejó huellas en las memorias y mentalidades de los bereberes del norte de Marruecos, los rifeños. En 1958, dos años después de la independencia, se produjo una revuelta en las montañas del Rif, que fue sofocada muy severamente por el coronel Ufkir. Rabat desconfía de esa región donde da la sensación de que hay un particularismo que, por encima de todo, es un antiarabismo.En la actualidad, los bereberes marroquíes disponen de dos partidos políticos y varios diputados en el Parlamento. Sus reivindicaciones son de orden cultural. El poder se ha mostrado muy desconfiado con cualquier reivindicación que pudiera parecer un separatismo de alguna clase. El verano pasado, el rey Hassan II decidió introducir la enseñanza de las distintas lenguas bereberes en las escuelas, e impuso boletines de información en dichas lenguas en la radio y televisión estatales.

La situación de guerra civil en Argelia no ha hecho sino exacerbar y amplificar los problemas de la Cabilia, la zona donde evolucionan la lengua y cultura tamazight (los cabilenos prefieren utilizar éste término que significa libertad). Eso no quiere decir que no exista integrismo entre los jóvenes cabileños. Pero resulta que los dos partidos politicos más ferozmente opuestos a los islamistas son mayoritariamente cabileños: el partido de Ait Ahmed, el Frente de las Fuerzas Socialistas (FSS) y el partido de Saíd Sadi, la Unión por la Cultura y la Democracia (RCD, siglas en francés). Estos partidos defienden una Argelia democrática y laica, una Argelia que reconozca oficialmente la lengua y cultura bereberes. Como declaró recientemente Saíd Sadi al periódico francés Le Monde. "La cuestión de la identidad es el nudo gordiano de la crisis argelina. No habrá una Argelia totalmente bereber ni una Argelia totalmente árabe. Lo mismo ocurre con el Magreb. Hay que dejar de mutilar nuestra identidad. Ese tipo de manipulación ha desembocado en al desastre que estamos viviendo. No se puede construir nada sobre esa negación".

El cantante Lunes Matub es miembro del RCD. No utiliza el lenguaje diplomático. El 20 de abril declaró a un semanario cabileño, Le Pays: "No soy árabe y no soy musulmán". Algo que provocó la furia del poder actual tanto como de los integristas. Antes que él, el gran poeta Kateb Yasin (muerto en 1990) ya había realizado unas declaraciones igual de tajantes. No se reconocía a sí mismo ni en la herencia árabe ni en el islam de los fanáticos. Pero la crisis entre los cabileños y el poder empezó en noviembre de 1980 en la Universidad de Tizi Uzu, donde el novelista Mulud Mammeri debía pronunciar una conferencia sobre la poesía cabileña. La conferencia fue prohíbida, y los estudiantes respondieron con una huelga y manifestaciones. También hay que recordar que Tahar Yaut, el primer intelectual y escritor asesinado, en mayo de 1993, era cabileño.

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El Frente de Liberación Nacional (FLN), partido único en el poder desde la independencia, siempre se ha negado a incluir en la Constitución el derecho de la lengua y la cultura cabileña a la existencia y al reconocimiento.

El Magreb ya no puede seguir funcionando sin tener en cuenta a, como mínimo, el 40% de su población. Una población cuyas costumbres, usos y mentalidades son muy diferentes de, las de los árabes. El caso no es comparable al de los vascos en España ni al de los sardos o calabreses. Los bereberes se sienten privados, dé sus raíces, de su identidad cultural, y además se ven obligados a ceder a la lengua y a la forma de funcionamiento de la escasa mayoría de idioma árabe.

Tal vez la solución de la crisis argelina se encuentre en la Cabilia. Porque los cabileños plantean el problema de la democracia, del reconocimiento del individuo, de su lengua y de su cultura, y aunque son musulmanes no todos son fanáticos, al menos en sus discursos y en los programas de sus movimientos.

El riesgo de lo que el movimiento bereber ha llamado guerra total está en la mente de todos, sobre todo si se ataca a personas como el cantante Lunes Matub, que son símbolos de resistencia y de identidad. Una vez más, el objetivo de la acción es el Estado. Si ese Estado existe, deberá, más que nunca, responder a las reivindicaciones de los cabileños y darles garantías integrándolos en un verdadero proceso democrático. Pero, de momento, como ha señalado el secretario general del RCD, "una parte del ejército está dispuesta a llegar a un acuerdo con los islamistas a costa de los demócratas". Si eso ocurre, la salida de la crisis argelina está muy lejos de ser segura.

Tahar Ben Jelloun es escritor marroquí, premio Goncourt de novela.

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