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20 pesetas por rata muerta

La reacción internacional de aislar a la India tras las noticias de la peste neumónica de Surat puede parecer, vista desde aquel país, un tanto exagerada, pues de momento los infectados son gente pr0cedente de esa ciudad gujarati y, por tanto, la plaga no se ha extendido, sino únicamente viajado: los emigrantes, mayoritarios en Surat, se lanzaron de inmediato a regresar a casa. Con todo, aunque el Gobierno indio asegura tenerlo todo bajo control, la realidad puede otorgar de un momento a otro un trágico mentís a esa postura.De Surat ha huido casi una cuarta parte de la población. Es claro que no todas esas 400.000 personas tienen la peste. Pero las condiciones sanitarias de la India son una bomba de relojería para la expansión de las plagas, y la prensa local así lo ha denunciado al acusar de irresponsabilidad a las autoridades.

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En 10 años, Surat ha duplicado su población. Por supuesto, no sus servicios. Datos que ahora surgen de los archivos oficiales mencionan que desde hace cinco años el volúmen de basuras en las calles de Surat no tiene parangón con el resto de la India. Lo de menos es que las barriadas salvajes de chabolas defequen en el río Tapti: es práctica habitual en el país.

Pero las toneladas de detritus sin remover, la incalculable cantidad de ratas y pulgas, son un foco, en Surat y en miles de localidades, para que se propague cualquier cosa. Para colmo, en Surat las inundaciones del monzón, a mediados de, septiembre, fueron especialmente duras, porque hubo que desaguar alguna presa cercana. Y, al retirarse las aguas, a las basuras se, añadían los cientos de cadáveres de animales a medió pudrir.

Tras una semana de plaga, la prensa india informaba de que las basuras y los cadáveres seguían allí. Responsables municipales declaraban ser conscientes del riesgo, pero que casi todos los barrenderos habían abandonado -como antes los ricos y quienes sabían leer periódicos y entender bien los telediarios- la ciudad.

Barrenderos

El problema planteado no es baladí: si los barrenderos son harijans (hijos de Dios, tal como denominó Gandhi a la casta intocable), ¿pueden otras castas hacer de barrenderos? Exterminar las ratas, o las pulgas, tampoco fue en los primeros días tarea fácil. Surat tiene una amplísima población jainista y los jainistas tratan de no matar a ningún ser vivo.

Las autoridades locales se trajeron, al principio, a un centenar de miembros de la tribu irula de Tamil Nadú (estado del sureste), acostumbrados a cazar ratas porque forman parte de su dieta tradicional. El pasado jueves, en Bombay, se pagaban 5 rupias (20 pesetas) por rata muerta.

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