Apertura del sincrotrón europeo
Los científicos ya pueden utilizar la fuente de rayos X más potente
Uno de los proyectos de grandes instalaciones científicas europeas se ha convertido en una realidad que funciona y será oficialmente inagurada el próximo viernes. Es la Instalación Europea de Radiación Sincrotrón (ESRF, en sus siglas inglesas), está ubicada en Grenoble (Francia) y pertenece a 12 países, incluida España. El ESRF es la fuente más potente del mundo de rayos X y ha sido construida en seis años, sin retrasos, con un presupuesto total de 55.000 millones de pesetas, de los que España aporta el 4%. Los científicos están entusiasmados con los resultados logrados.Autoridades de los 12 países propietarios de la instalación de Grenoble acudirán a la apertura. España estará representada por el secretario de Estado de Universidades de Investigación, Emilio Octavio de Toledo, y Enrique Banda, secretario del Plan Nacional de Investigación Científica y Desarrollo Tecnológico.
La instalación es una especie de supermicroscopio de rayos X capaz de penetrar en la estructura atómica y molecular de la materia, por lo que es un excelente instrumento de investigación en física de estado sólido, biología, ciencia de materiales, química, farmacia, medicina, electrónica...
Técnicamente, la radiación sincrotrón es emitida por electrones acelerados hasta alcanzar una energía muy alta seis GeV, o seis mil millones de electrovoltios, en el de Grenobleque circulan por un anillo -844 metros de circunferencia en el ESRF- y salen en haces tangenciales al mismo hasta las salas de experimentos. En cada línea, donde las cabinas de los investigadores están protegidas con planchas de plomo para interceptar los rayos X, los haces de electrones atraviesan elementos ópticos especiales hasta incidir en la muestra a analizar. Por la alta intensidad de los haces y la concentración lograda, la instalación europea es entre 10 y 50 veces mejor que cualquiera de las que existen en el mundo.
Dos años de pruebas
A principios de septiembre, tras casi dos años de pruebas, ensayos y ajustes realizados por los propios científicos y técnicos que han diseñado las líneas del ESRF, tres salas experimentales recibieron los primeros grupos de investigadores usuarios. Una de estas tres líneas pioneras ha sido la desarrollada por Salvador Ferrer, el único investigador español responsable de una línea en el sincrotrón europeo."El primer grupo de usuarios externo ha sido un equipo holandés, cuyo objetivo es determinar la estructura atómica de la cara 111 del diamante, es decir, la configuración de los átomos en una de las caras de corte mis importante", dice Ferrer.
Después ha usado la línea un equipo alemán con participación de españoles para un estudio de un semiconductor, teluro de cadmio, con aplicaciones microelectrónicas. "La idea del sincrotrón es utilizar un haz de rayos X muy concentrado y muy intenso para iluminar las capas más externas de la superficie de un sólido y conseguir determinar su estructura atómica", explica Ferrer. Él es físico, pero cree que los biólogos van a aumentar masivamente su presencia en las instalaciones sincrotrón en los próximos años.
En total, una docena de líneas del ESRF estarán abiertas pasado mañana, en la inauguración, pero en 1995 serán el doble, y entonces un centenar de científicos utilizará simultáneamente la instalación, abierta 24 horas al día. Pero el gran anillo puede alojar hasta 40 o 50 líneas experimentales especializadas en diferentes técnicas, que se pondrán a punto de aquí al 1998. De ellas, una docena se consideran líneas privadas, puesto que están desarrolladas y utilizadas mayoritariamente por algunos países o consorcios, y cuatro de éstas (dos francesas, una italiana y una suizo-noruega) están ya funcionando.
Participación española
"España está considerando la posibilidad de pedir y hacer una línea de éstas", explica Enrique Louis, catedrático de Física de Estado Sólido y delegado español en el ESRF. El destaca que España participa con un 4% en el presupuesto del laboratorio, pero que sus científicos han logrado un 6% de los proyectos aprobados para la primera tanda de experimentos en Grenoble. No ha pasado lo mismo durante la construcción con los contratos industriales, por valor muy inferior a la aportación anual al presupuesto total. En 1994 ha mejorado la situación y las empresas españolas han obtenido contratos por valor de 120 millones de pesetas, frente a los 440 millones aportados.Los investigadores españoles que necesitan radiación sincrotrón acuden a instalaciones en Alemania, Reino Unido y Francia, dice Louis. Lo cierto es que España, donde hay unos 60 investigadores usuarios regulares de sincrotrón, no tiene ninguna instalación de este tipo para usos científicos. La idea de construir uno en Cataluña no ha pasado prácticamente de la declaración de intenciones y el proyecto está paralizado. De hecho, no existe en España ningún acelerador de partículas exceptuando los de aplicación clínica, considerablemente más pequeños que los de investigación.
Hasta dentro de dos años y medio el ESRF mantendrá su liderazgo mundial. Para 1997 está prevista la puesta en marcha del sincrotrón APS en Chicago (EE UU), con una energía de siete GeV, y hacia el 2000 funcionará la instalación japonesa Spring 8, de ocho GeV.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.