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'La pasión según Frida'

Roberto Verino llegó ayer al corazón de una mujer tallada entre el dolor físico y la voluntad de vivir. Por algo tituló su colección La pasión según Frida, en alusión a la pintora mexicana Frida Kalilo (1907- 1954).. Con un escenario lleno a rebosar el diseñador orensano presentó su colección del próximo verano arrancada directamente de la tierra española y las etnias americanas. Con la música de fondo y las canciones amargas y desgarradas de la cantante mexicana Chavela Vargas, Verino propuso una mujer de negros cabellos trenzados, cejas anchas y pobladas y gran personalidad. Verino presentó, en un desfile que contó con la única modelo de edad hasta la fecha, trajes de tehuana, con blancas enaguas, largas faldas con flores bordadas y chales, todo combinado con anillos, pendientes y collares con un toque religioso. Blancos, negros y rojo sangre fueron los colores preferidos por Verino.

El bailarin Joaquín Cortés, con un nuevo look de gafas pequeñas y pelo recogido hacia atrás con melena, fue la estrella del público de Verino, con las. cámaras apuntándole permanentemente.

El desfilé del diseñador orensano estuvo precedido por un sorpresivo cumpleaños -la Pasarela Cibeles cumple 10 años- en el que participaron hasta 20 diseñadores, que con flores y una gran tarta homenajearon a la directora del certamen, Cuca Pérez Pita. No faltaron Sybilla, Jesús del Pozo, Antonio Alvarado y otros muchos ausentes ya de la Pasarela.

Tejidos ricos

Poco antes Antonio Pernas presentó su colección. Pernas es el más maduro de los modistas gallegos y cuenta con la regiduría en diseño de su firma de su mujer, María Freire. El binomio apuesta una vez más por la buena factura y una discreta gama orientada a la armonía natural del crudo y el blanco, de marrones terrosos y grises tocados del metal acero. El tejido es básicamente rico, un lino puro o acomodado a mezclas modernas y aceptando algunos relieves o texturas que pueden, lejanamente, evocoar flores pequeñísimas, La línea es sóbria, y el gris de base se impone. Hay un acento en el vuelo de la gasa semitransparente que ondea bajo tejidos más fuertes de soporte; son dobles faldas hasta el tobillo rozando el hábito pero haciéndose mundanos con aberturas que suben hasta la ingle.

La ropa en general es suelta, con un cierto aire que puede evocar el sureste asiático: una callada poesía vietnamita o tailandesa, donde nada parece ni puede interrumpir el sereno equilibrio de las verticales, apoyados por la paleta naturalista y un cierto acento franciscano. Las modelos se mantuvieron modosas- y a paso breve, con un calzado bajo basado en la sandalia muy desnuda y sólo alzada por un discreto chapín.

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