Unidos contra la violencia
Arafat condenó enérgicamente ayer el más reciente ataque de extremistas musulmanes contra un joven israelí utilizando casi las mismas palabras con las que el primer ministro israelí, Isaac Rabin, ha fustigado la violencia antiárabe: "El ataque de ayer", dijo Arafat, "es un atentado contra todo el proceso de paz, y las autoridades palestinas no van a escatimar esfuerzos para frenar a los extremistas".Arafat hizo esa declaración horas después de que un palestino hiriera a cuchilladas a un colono judío de 17 años a la entrada del bloque de asentamientos de Gush Katif, en la franja de Gaza. El atacante fue abatido luego a tiros por centinelas israelíes.
Si el atentado -inicialmente atribuido al Movimiento de la Resistencia Islámica, Hamás, el principal adversario político de Arafat- fue concebido para torpedear la cumbre de ayer, sus autores se debieron llevar un fiasco: Rabin no sólo acudió a la cita de Erez, sino que aprovechó de su contacto con Arafat para subrayar la urgencia de desmantelar a los grupos extremistas musulmanes.
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