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Ceuta y Melilla, la autonomía inacabable

Si la tramitación parlamentaria no lo remedia, las dos ciudades seguirán trayectorias diferentes

Luis R. Aizpeolea

Los 56.600 habitantes de Melilla y los 67.615 de Ceuta -los dos municipios españoles del norte de África- están condenados a seguir trayectorias diferentes si la tramitación parlamentaria de sus estatutos de autonomía no lo remedia. El 2 de septiembre, el Consejo de Ministros aprobó sus estatutos cumpliendo una previsión constitucional de 1978 que apuntaba la posibilidad de que se organizaran como comunidades, autónomas.Pero mientras Melilla dio el visto bueno a la decisión gubernamenamental, Ceuta no. El pacto suscrito entre el PSOE y PP unas semanas antes funcionó en Melilla, donde su alcalde, Ignacio Velázquez del PP, logró controlar la situación. Sin embargo, los grupos localistas de Ceuta Procedentes, en su mayoría, de escisiones de PSOE y PP neutralizaron a su alcalde, el independiente Basilio Fernández, en su intento de zanjar definitivamente el viejo contencioso con la, Administración central.

El temor a que Ceuta y Melilla sean presas más fáciles para Hassan II, en su intención de anexionarlas, si no disponen de estatutos sirmilares a los de las 17 comunidades áutónomas españolas fue la razón- esgrimida por la delegación ceutí., ante el ministro para las Administraciones Públicas, Jerónimo Saavedra, para rechazar el texto aprobado por el Gobierno. La falta de rango de comunidad autónoma impide a Ceuta y, a Melilla su presencia en foros europeos e internacionales, como el, Comité de las Regiones. Tampoco podrán recurrir ante el Tribunal Constitucional ni, tendrán capacidad legislativa, como las comunidades autónomias, aunque sí iniciativa legislativa,

En la conversación mantenida el 6 de julio de este año en el paseo de la Castellana, 3, Saavedra respondió a la delegación, ceutí, presidida por, su alcalde, que si el monarca marroquí se empeñase, no se pararía en barras por mucho que hubiese un estatuto de autonomía, cualquiera que fuera- su contenido. El mismo argumento de Saavedra

el vicesecretario general del PP, Mariano Rajoy, unas horas después a un grupo de periodistas y ante el alcalde de Melilla, Ignacio Velázquez.

Pese a la oposición ceutí, hace tan sólo unos días que sendos, estatutos entraron en el Registro del Congreso. Ceuta y Melilla no tendrán, según estos textos, las mismas atribuciones que las 17 comunidades autónomas españolas, pero tampoco serán meros municipios. Con sus 56.600 y 67.615 habitantes, tendrán un estatuto especial, muy superior al de ciudades con millones de habitantes como Madrid y Barcelona. Con ello, PSOE y PP cumplieron el compromiso alcanzado en los pactos autonómicos de febrero de 1992, una especie de repesca de las previsiones constitucionales de 1978.

Detrás quedaban innumerables batallas políticas y jurídicas que anteriormente impidieron el acuerdo. Desde 1982, los socialistas propusieron a la entonces Alianza Popular (AP) una negociacion que permitiera combinar el papel de Ceúta y Melilla como municipios con el de comunidades autónomas. Las tesis de la AP de Manuel Fraga se inclinaban por otorgar a ambas ciudades sendás cartas municipales. Posteriormente, en los pactos, autonómicos de 1992, se produjo el acuerdo nacional entre PSOE y PP. Quedaba. convencer a, los partidos de ambos municipios.

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Tras dos años de complicadas negociaciones, las delegaciones melillense y ceutí ganaron dos últimas batallas. el reconocimiento de la iniciativa legislativa y la tramitación de los estatutos por ley orgánica, atribuciones de las que carecen los municipios.El alcalde de Melilla dio en ese momento julio de 1994, el visto bueno al estatuto, aun lamentando no conseguir la capacidad legislativa que les igualaría a las comunidades autónomas. El argumento fundamental de Velázquez fue que, si no aprovechaba la posibilidad de repesca, sólo quedaba el vacío. El alcalde ceutí no asumió la oferta pese a todo.

La compleja mezcla de municipio con competencias propias de las comunidades autónomas con que se ha revestido a Ceuta y Melilla en su calidad de ciudades con estatutos de autonomía ha supuesto realizar una auténtica filigrana jurídica y política para los legisladores.

Ceuta y Melilla dispondrán de una Asamblea legislativa que integrarán sus concejales, pero con atribuciones superiores a las de cualquier órgano municipal- y de un Consejo de Gobierno -que será nombrado por el alcalde presidente, configurándose como un órgano similar al Ejecutivo de las comunidades autónomnas

En cuanto a sus competencias, tendrán las que otorga la Ley de Régimen Local a los municipios, pero además dispondrán de todas las competencias que el artículo 148.1 de la Constitución concede a las comunidades autónomas. El límite está en que no tendrán capacidad legislativa como las restantes autonomías, aunque sí iniciativa legal.

En el terreno económico financiero, Ceuta y Melilla acentúan aún más su sin regularidad respecto a otros municipios. Tendrán la autonomía financiera propia de los municipios, pero además dispondrán del sistema de financiación previsto para las comunidades autónomas por servicios traspasados y Ias transferencias del Fondo de Compensación Interterritorial y de otros fondos destinados a favorecer el desarrollo de los que no disponen los ayuntamientos comunes

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