El padre de la niña que murió por no recibir una transfusión denuncia a su ex mujer, testigo de Jehová
El padre de Judith R. S., la niña de 14 años que falleció el pasado jueves en el hospital Arnau de Vilanova de Lérida después de que su madre, testigo de Jehová, no autorizará una transfusión de sangre alegando motivos religiosos, presentó ayer una denuncia contra ésta -de la que se halla en trámites de separación- al considerar que con su negativa fue la responsable de la muerte de su hija.La denuncia fue presentada en el Juzgado de Instrucción número 2 de Lérida, cuyo titular, Miquel Gil, ha abierto diligencias para investigar si la negativa de la madre fue determinante en la muerte de Judith. "Si se demuestra que la tardanza en realizar la transfusión por su negativa influyó en la muerte, entonces se procedería penalmente contra ella por un presunto delito de homicidio por imprudencia", señaló Gil.
La niña, que vivía con su madre en Les Borges Blanques (Garrigues), ingresó en el hospital aquejada de meningitis. Debido a su estado, los médicos aconsejaron que se le realizara una transfusión de sangre, *a lo cual se negó la madre aduciendo que su religión lo prohibía. Ante ello, los médicos solicitaron autorización judicial, pero la transfusión no llegó a realizarse, porque la niña falleció mientras se tramitaba la orden. El padre de la niña, camionero de profesión, se encontraba de viaje cuando sucedieron estos hechos.
Iniciativa per Catalunya (IC) presentó ayer una proposición no de ley en el Parlamento de Cataluña para que, en adelante, se retire la tutela a aquellos padres cuyas creencias pongan en peligro la vida de los menores.
Por su parte, la Audiencia de Huesca deberá pronunciarse sobre la posible responsabilidad de los padres de Marcos Alegre, de 13 años de edad, fallecido el pasado jueves tras negarse su familia -los padres son testigos de Jehová- a que recibiera una transfusión de sangre. Marcos sufrió una leucemia que deterioró vertiginosamente su estado físico ante la falta de tratamiento.
El presidente del Tribunal Superior de Justicia de Aragón, José Ramón San Román, se mostró ayer a favor de transfundir sangre a los testigos de Jehová, y consideró que siempre debe prevalecer el derecho a la vida sobre la libertad de creencia. La Defensora del Pueblo en funciones, Margarita Retuerto, destacó que ante todo prevalece la salvaguarda del superior interés del menor, y que no hay ninguna norma que permita a los padres disponer de la vida de sus hijos.
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