Clinton asegura que pondrá "todos los medios" para que los militares abandonen el poder
El presidente norteamericano, Bill Clinton, trató ayer de convencer al país de que su política en Haití ha triunfado y aseguró que Estados Unidos procurará "por todos los medios que sean necesarios" que los jefes militares haitianos cumplan con su promesa de abandonar el poder. Al mismo tiempo, el Pentágono advirtió que las tropas norteamericanas que ayer comenzaron a ocupar Haití desarmarán a las milicias civiles creadas por el régimen militar y "mantendrán los ojos bien abiertos" para evitar que se repita el fiasco de Somalia, donde las fuerzas estadounidenses intervinieron en 1992.
"Las tropas norteamericanas han empezado a tomar posiciones en Haití y estarán allí para estar seguros de que los líderes [haitianos] cumplen con su palabra. Estamos listos para cumplir con nuestros intereses y nuestras obligaciones por cualquier medio que tengamos que hacerlo... para que éste no sea un nuevo acuerdo violado que Estados Unidos tenga que imponer por la fuerza", dijo Bill Clinton en una conferencia de prensa conjunta con los tres miembros de la delegación que el pasado fin de semana negoció con los militares haitianos: Jimmy Carter, Colín Powell y Sam Nunn.Clinton reconoció que la situación en Haití "sigue siendo dificil e incierta" y advirtió que "todavía hay riesgos" para las tropas norteamericanas, pese a que su llegada se hizo inicialmente en cooperación con el Ejército haitiano. El jefe del Estado Mayor, general John Shalikaslivili aseguró que los soldados norteamericanos están en Haití "con plena capacidad de defenderse".
El presidente destacó que los principales objetivos de su Administración en Haití -la restauración de la democracia y del presidente Jean-Bertrand Aristide- han sido "sustancialmente" conseguidos en la negociación conducida por Carter. Y, según él, se ha "minimizado el peligro" de derramamiento de sangre. Clinton dijo que había aceptado la fórmula del diálogo -en lugar de la invasión, con la que había amenazado repetidamente en días anteriores- porque su primera preocupación era "la seguridad de las tropas norteamericanas".
El presidente explicó que los detalles del acuerdo alcanzado no son relevantes, siempre que se haya cumplido el objetivo de la democratización de Haití. Clinton mencionó que, en la tarde del domingo, mientras las negociaciones estaban en curso, le insistió a Carter en que abandonara Haití, pese a que el ex presidente quería permanecer unas horas más. Clinton dijo que hizo eso para preservar la seguridad de los negociadores, puesto que la invasión estaba en marcha. Cuando Carter le explicó que necesitaba tiempo para una última conversación en el palacio presidencial, Clinton le contestó que sólo disponía de 30 minutos más.
El presidente norteamericano reconoció que no sabía si el general Raoul Cédras y sus dos principales colaboradores decidirían quedarse en Haití después deI regreso de Aristide, pero dijo que eso no era parte de la misión conducida por Carter". "Creo que deberían irse", añadió, "creo que, finalmente, se irán en algún momento, pero esto es algo que todavía debe ser negociado por los protagonistas del problema haitiano". Anteriormente, la Administración norteamericana había repetido que los jefes militares haitianos estaban obligados a abandonar el país.
El presidente Aristide, que ha pasado un exilio de tres años en Washington, no reaccionó, ayer oficialmente al acuerdo alcanzado por Estados Unidos. Un silencio que, de por sí, es revelador. Algunos de sus colaboradores, que no quisieron ser identificados, manifestaron reservas sobre. los términos del compromiso, especialmente sobre el largo plazo -hasta el próximo 15 de octubre- que se concede al general Raoul Cédras para que abandone el poder.
Bill Clinton dijo respecto a esta reacción que, Aristide puede pensar lo que quiera, pero que lo importante es que "no pasará mucho tiempo antes de que se le permita regresar a Haití como presidente".
El general Colin Powell, a quien Carter mencionó ayer como un hombre fundamental en la consecución del acuerdo, manifestó que esta gestión ha servido para evitar las imágenes que todos los norteamericanos se temían: "Jóvenes norteamericanos matando jóvenes haitianos y jóvenes haitianos matando jóvenes norteamericanos".
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